El 15 de septiembre se cumplen 10 años de la quiebra de Lehman Brothers, que también fue considerado el inicio de la crisis financiera de Estados Unidos, que fue provocada por el alto endeudamiento, tasas de interés que subieron súbitamente, créditos otorgados de manera irresponsable y una mala regulación financiera.
A 10 años de la quiebra de Lehman, sabemos que la crisis costó en Estados Unidos más de 8 millones de empleos y que se expandió a 24 países. La crisis financiera de EU provocó que los gobiernos a nivel global tuvieran que implementar políticas económicas para expandir la actividad económica, provocando en algunos casos el sobreendeudamiento público y llevando a Europa a su primera crisis como zona monetaria común. Como consecuencia de la crisis, la Unión Europea tuvo que apoyar a los países endeudados de la zona del euro, causando el descontento de algunos y contribuyendo con la crisis política que derivó en el voto a favor del famoso Brexit.
Durante la crisis se llevó a cabo la primera intervención monetaria concertada de cinco bancos centrales del mundo para bajar la tasa de interés y algunos bancos centrales todavía tienen tasas de interés negativas (el Banco Central Europeo mantiene su tasa sobre depósitos en -0.40%, el Banco de Japón mantiene su tasa de interés en -0.10% y el Banco Nacional de Suiza mantiene su tasa en -1.25%), lo cual es una distorsión económica.
Los movimientos en las tasas de interés y la diferencia con la normalización de la política monetaria a lo largo del globo, ha causado movimientos de capitales significativos, haciendo más vulnerable la situación en la balanza de pagos para las economías que tuvieron que subir la tasa de interés más rápido que la Fed (entre ellas Brasil, Turquía y Sudáfrica que tienen su propia crisis ahorita).
A 10 años de la crisis, el PIB per cápita del mundo ya se recuperó, los empleos perdidos (en número) ya se instauraron. Sin embargo, la hoja de balance de la Fed sigue estando 244% por encima de los niveles pre crisis, mientras que la tasa de interés en Estados Unidos ha subido 175 puntos base, desde el nivel mínimo histórico alcanzado en diciembre 2008 de 0 a 0.25%.
Por su parte la deuda pública de Estados Unidos como proporción del PIB se ubica en 105%, mientras que la deuda corporativa (por emisión de bonos) a nivel global en lugar de haber disminuido prácticamente se ha triplicado.
También como consecuencia de la crisis, el crecimiento económico de China comenzó a desacelerarse y hace 2 años se habló que podría caer en una crisis bancaria por el incremento desmedido de los créditos en sombra que tenía.
Los estragos de la crisis provocaron ideas proteccionistas a lo largo del globo, que en Estados Unidos se materializaron con la salida del TPP, la agresiva renegociación del TLCAN y la amenaza de sacar a EU de la Organización Mundial de Comercio, que en última instancia puede ser la más grave consecuencia a largo plazo de la crisis.
En resumen, a 10 años de la crisis, el mundo está más endeudado, existe una mayor vulnerabilidad en las balanzas de pagos de algunos países, los tipos de cambio se han vuelto más volátiles y existen distorsiones en la economía.
Finalmente, a la pregunta sobre de dónde puede venir una nueva crisis, la respuesta es del sobreendeudamiento y del incremento rápido en las tasas de interés, que puede ser provocado por la guerra comercial con China, ya que este país es el mayor tenedor extranjero de bonos del Tesoro. Si China decidiera hacer una venta masiva de los bonos del Tesoro, el precio de éstos caería y con esto la tasa de interés subiría súbitamente en el mercado secundario.
Con lo anterior la Fed tendría que acelerar su ritmo de incremento en la tasa y con el nivel de endeudamiento de EU podría provocarse una nueva crisis, con proporciones similares a la del 2008. Además, el rápido incremento en las tasas de la Fed, provocaría fugas de capitales en algunos países y desajustes en balanzas de pagos que podría llevar a crisis a algunas economías, sobre todo a las altamente endeudadas.
Todo parece indicar que la probabilidad de que esto suceda es baja, porque los chinos han sido muy cautelosos con sus respuestas. Sin embargo, la posibilidad existe.