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A 30 años del "Black Monday". ¿Cuáles son los paralelismos? ¿Habrá otro caos?

Publicado 19.10.2017, 11:39 p.m
Actualizado 09.07.2023, 04:32 a.m

Nunca se vio una carnicería igual. En un solo día, el Dow Jones, el índice donde cotizan las treinta empresas más emblemáticas de la economía estadounidense, se desplomó un 22.6% y perdió casi un cuarto de su valor. Los futuros y las opciones asociados a esos índices también se hicieron pedazos, provocando un nivel récord de “llamadas de margen”. Todavía hoy está en la memoria de los inversionistas esa fatídica jornada, la peor en la historia de Wall Street, donde muchos perdieron todos los ahorros de una vida. Fue un 19 de octubre de 1987 y hoy se cumplen 30 años de aquel tenebroso “Black Monday”. El Dow Jones ayer, en víspera de tan lúgubre aniversario, lo celebró saltando por encima de los 23,000 pts y cerrando en un nuevo récord histórico. Así anda la “Trumpforia”.

Ese derrumbe del 22.6% eclipsa cualquier otra caída, en un solo día, que se haya registrado en toda la historia del Dow Jones. Habría que remontarse al crack de 1929, también en el mes de octubre y en otro “Black Monday”, para recordar otra jornada letal. El 28 de octubre de 1929, el Dow Jones se despeñó un 12.8%. Lo que sucedió en el crack de 1929 es que a ese “Black Monday” le sucedió un “Black Tuesday”, con otra caída espectacular del 11.7%. El desenlace fue muy distinto: en 1987, pese al colapso bursátil de 1987, no hubo recesión económica y apenas dos años después, en noviembre de 1989, el Dow Jones había reconquistados los niveles récords de 1987. La Fed, por primera vez en su historia, desplegó toda su artillería de liquidez para calmar a los mercados. Al crack de 1929, sin embargo, le siguió una “Gran Depresión “ y el Dow Jones sólo recuperó los niveles previos al crack 25 años después, en 1954.

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Por tanto, nada ha sido más devastador que el crack de 1929. Pero si nos enfocamos al comportamiento de la bolsa en sólo día, nada fue tan horripilante como aquel “Black Monday” de 1987. ¿Qué sucedió? Varias cosas. los mercados, por supuesto, estaban sobrevaluados. Veníamos de cinco años de mercado “bull” o alcista. Y además, fue muy virulento. En ese tiempo, el Dow Jones se disparó un 250%. Sólo en 1987, y hasta su máximo de agosto, el Dow llegó a trepar un 44%. También ahora vivimos un mercado “bull” espectacular, más largo pero también más comedido. Ya dura ocho años y medio, pero en ese tiempo el Dow ha logrado lo mismo que en los cinco años de los ochenta: una ganancia del 253%.

Sea como sea, Wall Street había estado trepando más rápido de lo que lo hacían los beneficios corporativos, por lo que el múltiplo de S&P’s 500 (el ratio precio sobre beneficios) alcanzó un pico, en 1987, de 22.39 veces los beneficios. Actualmente, el múltiplo es de 21.9 dólares, niveles muy parecido a los alcanzados en 1987, pero muy inferiores a los casi 30 dólares de 1999, en la burbuja tecnológica. Ahora bien, si medimos el precio del S&P’s 500 sobre los beneficios promedio de los últimos diez años ajustados por la inflación (el ratio CAPE de Shiller), su ratio actual es de 31.3 veces, muy por encima de los 17.7 de 1987 y sólo superado por la burbuja tecnológica (44.2).

Otra cosa que sucedió en ese 1987 fue que hubo un cambio en la cúpula de la Fed. El insigne Paul Volcker, el héroe que había derrotado a la inflación y había propiciado una fuerte etapa de auge en la economía estadounidense, abandonaba la cúpula de la Fed para dejar paso a Alan Greenspan. Con el paso de los años, Greenspan se convirtió en el “Maestro”, pero en aquel entonces era un desconocido. Con la economía sobrecalentada y con fuertes riesgos inflacionarios derivados de un dólar que perdía valor como resultados de los crecientes déficits comerciales, la presión para que el novato Greenspan subiera las tasas de interés era muy latente. El comentario del secretario del Tesoro de Estados Unidos, James Baker, el sábado 17 amenazando devaluar el dólar para equilibrar las cuentas comerciales tensó más a los mercados, lo que pudo repercutir en el “Black Monday”.

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En la actualidad, la Fed también se siente presionada para elevar las tasas de interés después de muchos años de una política monetaria excesivamente laxa: la economía crece de manera firme, y los mercados andan desbocados. Sin embargo, las presiones inflacionarias son leves, las condiciones monetarias siguen siendo acomodaticias, y existe espacio para moverse con cautela. Asimismo, Trump se plantea reemplazar a la presidenta de la Fed, Janet Yellen, con el riesgo de que su nominado quiera conducir una política de subida de tasas más agresiva que Yellen, lo que podría poner nerviosos a los mercados.

El tercer asunto de 1987 fue que se trató del primer error tecnológico en los mercados. En aquellos años se pusieron en marcha las primeras prácticas para operar mediante estrategias programadas en computadoras. Las estrategias estaban diseñadas para proteger las carteras de un descalabro de los mercados. Pero paradójicamente, fueron esas estrategias las que provocaron su propio colapso del mercado al estar programadas para una sola cosa: vender. Así, la masiva oferta de papel rebasó en mucho a los compradores, la liquidez se secó y los mercados se despedazaron. Una de las estrategias manejadas buscaba optimizar los ratios de acciones sobre efectivo: si las bolsas subían, las máquinas mandaban órdenes de compra, dando un mayor peso a las acciones en la cartera; si caían, se aglomeraban las órdenes de venta para reducir la exposición. Pero ahora, en vez de usar acciones, se utilizaban futuros: si las bolsas subían, compraban futuros; si caían, vendían. El caso es que, ante un descenso de los mercados, los programas exacerbaron la tendencia con oleadas de ventas agravando el escenario del cual supuestamente buscaba proteger a los inversionistas.

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Los mercados globales cada vez están más expuestos a estos riesgos: son los llamados “flash crash”. Quizás el de 1987 fue el primero de ellos, con unos métodos de programación aún muy rudimentarios. Después se han dado varios más, siendo el más recordado el del 6 de mayo de 2010, cuando en escasos minutos el Dow se desintegró en torno un 9% para inmediatamente después recuperar las pérdidas.

Ahora, las estrategias automatizadas a través de algoritmos han proliferado. Quien opera Wall Street son robots bursátiles y pronto será la inteligencia artificial. Ellos son los que eligen acciones, especulan, buscan coberturas o apuestan sobre la volatilidad. Ellos mueven cada día más dinero, más rápido y mejor que los humanos, sin que quizás nos cuestionemos las órdenes que mandan: si en el 2007, según los datos de Hedge Fund Resarch, las máquinas gestionaban 499,000 millones de dólares (mdd) de los hedge funds, en el segundo trimestre de 2017 movieron 933,000 mdd, un incremento del 87%. Además, 3 billones adicionales son dirigidos por computadoras en el mercado de ETFs. Queremos suponer que esos sistemas son cada vez más perfectos a la hora de medir y gestionar riesgos, pero realmente no sabemos qué tan frágiles pueden llegar a ser en un contexto de volatilidad. Los “flash crash” nos han recordado que a veces son muy vulnerables, aunque también se han corregido con extrema rapidez

Así estuvieron las cosas en 1987, y así están ahora. Por supuesto la historia no siempre se repite. Pero a veces, cuando se repite, no lo hace como una farsa. Tampoco nadie se pensaba que, 32 años después, en otro 19 de septiembre, pudiera ocurrir otro devastador terremoto.

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INFOGRAFÍA

Un día como hoy, hace 30 años, el Dow Jones se desplomó un 23% en un solo día, su peor jornada de la historia. Unos mercados sobrevaluados, la expectativa de nuevas alzas de tasas a manos de un novato Greenspan y unos mercados que empezaban a automatizarse pudieron influir en aquel fatídico día. La Fed desplegó toda su artillería para calmar al mercado y dos años después había recuperado las pérdidas…

… ni en el “Black Monday” del crack de 1929, ell Dow Jones sufrió tanto, aunque en aquellas fechsa las consecuencias fueron funestas. Tras el “Black Moonday” hubo un “Black Tuesday” y entre 1931 y 1932 las bolsas siguieron hundiéndose tocando el Dow Jones, en 1932, un mínimo del siglo XX. Hubio una “Gran Depresión” y el Dow Jones tardó 25 años en recuperar los niveles previos al crack de 1929…

… hoy día, los mercados están también muy caros. El múltiplo del S&P’s 500, según la medición de Bloomberg, se ubica en 21.85 veces los beneficios, cerca del múltiplo observado en el otoño de 1987. Si se utiliza el ratio CAPE de Shiller, el múltiplo es de 31.21. El S&P’s 500 sólo ha estado más caro durante la burbuja tecnológica de finales de los noventa, y supera en mucho a las valuaciones del “Black Monday” (17.68)

… en los últimos años, las operaciones automatizadas a través de computadoras han aumentado y cada vez más recursos están gestionados a través de robots bursátiles. Dentro del mercado de ETFs, en torno a 3 billones son gestionados de este modo. Por otro lado, los hedge funds han casi duplicado los recursos gestionados de este modo entre el año 2007 y la actualidad, sin saber qué tan frágiles realmente son.

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Excelente trabajo. gracias Jose Miguel
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