La administración del Presidente López Obrador cumplió un año en el Poder. Uno de los mayores avances que ha mencionado el mandatario como resultado de su gobierno es la fortaleza del peso mexicano. En ese sentido conviene responder la pregunta de qué tan fuerte está la moneda mexicana.
A lo largo de la historia, en un país acostumbrado a que en el pasado la debilidad del peso era sinónimo de crisis económicas, en términos de la opinión pública y del ciudadano de a pie, es quizás más importante el valor de la divisa estadounidense que el ritmo de crecimiento del PIB.
Siendo muy puntuales, en lo que va de su administración, el peso se ha apreciado 4.1% frente al dólar estadounidense. Junto con el baht de Tailandia y el rublo de Rusia, es de las monedas de economías emergentes con mejor comportamiento durante ese período.
Del primero de diciembre de 2018 al 1 de diciembre de 2019, el nivel más alto del tipo de cambio fue de $20.66 spot (el 6 de diciembre), su menor nivel fue $18.75 (20 de marzo), promediando $19.33.
En este sentido, tres observaciones se pueden desprender para poder contestar que tan sólido (fortachón) está el peso:
1. La apreciación de la moneda se explica en mayor medida por temas externos y de política monetaria (por parte de Banxico y la Reserva Federal estadounidense). En particular le beneficia el alto diferencial de tasas de interés entre México y EUA, así como los recientes recortes de tasas de interés por parte de la FED. Del lado interno, todo lo que al inversionista ponga en duda el pago de la deuda pública o privada o afecte a la inversión externa se traducirá en salida de capitales y con ello en movimientos del tipo de cambio. Así, le ha favorecido este año la estabilidad fiscal mantenida por el gobierno (superávit primario y disminución de la deuda pública como % del PIB), así como un déficit en la cuenta corriente razonable.
2. Previo a la toma de protesta del presidente López Obrador, decisiones como la cancelación del proyecto del nuevo aeropuerto de Texcoco (se anunció a finales de octubre) y dudas sobre sus políticas públicas (incluido su plan de manejo de PEMEX) presionaron al peso mexicano por arriba del $20.0. Esto es en gran medida lo que explica que estadísticamente la moneda ahora registre una apreciación, ya que la comparación se hace contra un valor alto, a diferencia de otras monedas en el mundo. Por ejemplo, si se hace la comparación respecto a previo al anuncio de la consulta popular que se hizo para cancelar la construcción del nuevo aeropuerto, cuando la moneda cotizaba por debajo de $19.0, el comportamiento del peso hubiera sido lo opuesto, con una depreciación superior al 4.0% en este primer año de gobierno.
3. El tipo de cambio sigue reflejando el riesgo AMLO. Aunque existen temas de índole externo todavía pendientes de resolver con impacto en el mercado cambiario, como la guerra comercial entre EUA y China, así como la ratificación del T-MEC, la realidad es que por fundamentales el tipo de cambio (teórico) debería de cotizar actualmente por debajo de los $18.0 spot. La razón por lo que no se encuentra en esos niveles es por las dudas que sigue generando las acciones de la actual administración pública. Sobre todo, el débil crecimiento económico y su posible impacto en la estabilidad de las finanzas públicas; la incertidumbre en torno a la situación financiera y operativa de Pemex; y la alta probabilidad de un ajuste (a la baja) a la calificación de los bonos soberanos y/o de la empresa petrolera.
Así, es relativa la fortaleza del peso mexicano y en sentido estricto debería de estar más fuerte de lo que realmente cotiza hoy en día. La realidad es que la moneda está todavía a expensas de que los elementos de riesgo internos (y externos) se puedan hacer efectivos. Es por lo anterior, que las expectativas entre la mayoría de los analistas siguen siendo de depreciación para los próximos años, en particular en la más reciente encuesta de Banxico, el estimado de cierre de 2020 es de $20.09 y $20.46 para 2021 (vs. $19.59 para cierre de 2019).