Debido a la dificultad que tiene el mercado para identificar las variables que permitan percibir un crecimiento substancial de la economía argentina, las mayores apuestas de los inversores se inclinan por empresas de servicio con la esperanza de que sus acciones se aprecien en el transcurso del año en sintonía con los nuevos aumentos de tarifa que el Gobierno anunciaría en el futuro. Para entonces, empresas gasíferas ya habrían más que duplicado su valor de mercado debido a la gran expectativa que se viene generando entre los participantes del mercado ante otra eventual actualización del cuadro tarifario que beneficie a las firmas prestadoras de servicios de gas.
En los primeros meses del año, una de las compañías que más vio crecer el valor de su cotización en las pizarras bursátiles fue Camuzzi Gas Pampeana, una de las mayores distribuidoras de gas natural del país cuyas acciones se apreciaron 188% en la Bolsa argentina desde principio de enero, dejando atrás los 11 pesos que cotizaba en aquel entonces para pasar a los actuales 31,75 pesos. Asimismo, en el mes de febrero, las acciones de Transportadora Gas del Sur alcanzaron una suba de 13,58% que le permitió ubicarse en el segundo término de las empresas líderes que mejor rendimiento obtuvieron durante el período antes mencionado, un escalón por debajo de Agrometal (BA:AGR), la firma cordobesa que después de varias temporadas no interrumpió la producción de maquinarias y siguió operando en el mes de enero, generando interés en los operadores ante la expectativa de mayores ventas tras lograr un aumento en su facturación de 100% en 2016 si se compara con lo facturado en el transcurso de 2015.
Según las últimas cifras divulgadas en el mercado financiero la actividad económica registró un avance de 0,2% encadenando así la cuarta suba mensual de forma consecutiva, y entre los rubros que más incidencia tuvieron en este ligero repunte macro, se encuentran el sector del campo y la rama de las automotrices, situación que sirve para respaldar el interés de los inversores por adquirir acciones de empresas vinculados con negocios agropecuarios.
En tanto, la actividad de la construcción mantiene el sesgo bajista aunque el ritmo de caída es cada vez menor fruto de un aumento en la obra pública. Dicho sector se contrajo en la medición interanual de enero 2,4% y, por consiguiente, las empresas que representan este espacio en la Bolsa porteña no consiguen sostener alzas importantes que logren atraer a los inversores institucionales.
Las eléctricas, por su parte, acompañaron la tendencia levemente alcista que mostró el índice Merval en el segundo mes del año, y aunque sus performance mermaron bastante respecto a lo evidenciado en Enero, en líneas generales promediaron subas que escalaron por encima de la media del referente bursátil que agrupa a las principales empresa del mercado argentino.
El viernes, la Bolsa argentina cerró por tercera sesión consecutiva en baja, dejando en evidencia el descontento de los inversores locales en relación a las variables económicas que no logran despegar. En consecuencia, las acciones líderes perdieron más de 4% desde el máximo histórico que habían alcanzado el martes 21 de febrero cuando los operadores se inclinaron por activos de riesgo a raíz de la debilidad del dólar frente a la moneda doméstica.
Desde el Ministerio de Haciendo anunciaron que el superávit fiscal del país austral alcanzó los 3.587 millones de pesos apuntalado por un mayor ingreso de divisas a causa del crecimiento económico y por el resultado de un exitoso programa de sinceramiento fiscal. Los operadores vieron con buenos ojos este dato debido a que es un indicador clave que sintetiza la capacidad de pago que tiene el país para cancelar sus obligaciones.
Mientras tanto, el dólar permaneció estable en el mercado de cambio, pese a que el ingreso de divisas pudo mantener un ritmo sostenido a pesar de que las importaciones superaron a las exportaciones y generaron un saldo negativo en la balanza comercial de 106 millones de dólares. Así y todo, el aumento de las reservas en moneda dura continuó en ascenso resultante de un prolongado blanqueo de capitales y por el incentivo que sienten hoy en día los sectores públicos y privados para emitir deuda en los mercados financieros con el propósito de financiar sus proyectos de inversión.
Las previsiones de incremento en los niveles de inflación que se podrían observar en el mes de febrero a causa del aumento en los precios regulados ponen en estado de alerta al Banco Central, que ya anunció que mantenía inalterada la tasa de política monetaria en su propósito de conseguir el objetivo inflacionario. Los analistas del mercado especulan con un quiebre bajista en la tasa de interés recién para fines de marzo, cuando la tendencia de los precios minoristas comience a indicar una reducción en la línea inflacionaria.
Debido a esto, en el mercado de renta fija los títulos públicos ligados a los niveles de inflación siguen prevaleciendo frente a los bonos vinculados al PIB y los papeles emitidos en moneda estadounidense, mientras a corto plazo se espera un reacomodamiento de carteras en el mercado financiero que impacte en el rendimiento de los papeles de deuda dado que las entidades financieras continúan renunciando a sus posiciones en Letras del Banco Central ya que el rendimiento que otorga este tipo de colocaciones dejó de ser tan atractivo como en épocas anteriores.