Tesla (NASDAQ:TSLA) es sin duda una de las empresas que cotizan en bolsa más controvertidas de Estados Unidos conocida por, entre otras cosas, su valoración de vértigo basada no en la rentabilidad, sino más bien en las esperanzas de los inversores en que algún día será rentable. Además, el fundador del fabricante de automóviles eléctrico con sede en Palo Alto, California, Elon Musk es, sin duda, uno de los líderes corporativos más "pintoresco" de Estados Unidos.
De hecho, tiene la reputación de hacer declaraciones impactantes, ya sea verbalmente o a través de Twitter, incluyendo la del ya infame 7 de agosto de 2018, cuando dijo:
"Estoy considerando privatizar Tesla a 420 dólares por acción. Financiación asegurada".
Esa pequeña misiva catapultó las acciones un 13% en un solo día y se tradujo en una demanda presentada por la Comisión de Bolsa y Valores que finalmente se resolvió con multas de 20 millones de dólares tanto para Musk como para la compañía. También desencadenó una próxima demanda en California, alegando que Musk trató deliberadamente de manipular el precio de las acciones de la compañía. Rumores posteriores achacan el tuit a un intento de Musk de impresionar a su novia, una estrella del pop.
Cualquiera que sea la razón, el alboroto resultante hizo caer las acciones. Y Musk convirtió esa desgracia en fortuna con la compra en la caída que se produjo después.
¿Es Tesla un castillo de naipes como muchos afirman, una empresa fracasada construida sobre las fantasías de un director ejecutivo carismático? ¿O es una empresa visionaria que sólo necesita tiempo para lanzar su línea de productos de vanguardia al mundo, proporcionando a los inversores más pacientes unos beneficios exponenciales? De hecho, algunos analistas creen que el precio a largo plazo de las acciones alcanzará los 7.000 dólares.
Aunque no podemos proyectar tan lejos en el futuro, por ahora, sobre la base de nuestro análisis técnico, creemos que las acciones reconquistarán los máximos históricos registrados el 4 de febrero en 968,99 dólares.
El trading completó un banderín, alcista tras el repunte anterior de las acciones. Las acciones de Tesla cerraron ayer en 798,75 dólares, con un alza del 10%. El hecho de que esto ocurriera antes de la presentación del informe de resultados de la compañía, programado para el miércoles 29 de abril tras el cierre del mercado, le añade especial importancia al movimiento, ya que podría indicar que ese dinero informado —inversores lo suficientemente vinculados a la compañía para obtener indicios de sus resultados del primer trimestre de 2020— es optimista sobre los resultados.
Por supuesto, siempre podría ser sencillamente que los traders creen que la planta de producción de Fremont, California, de la compañía volverá pronto a estar operativa. Sin embargo, los planes para eso fueron desechados a última hora de ayer cuando las autoridades ampliaron el confinamiento, haciendo caer las acciones tras el cierre del mercado. Pero, voilá, las acciones han vuelto a subir antes de la apertura, llegando a los 803 dólares, ampliando el repunte desde el cierre de ayer, aunque ahora han revertido su rumbo.
Aun así, creemos que habrá fluctuaciones. Desde una perspectiva técnica, un retroceso es normal tras un repunte, especialmente uno como éste, con una subida del 10,25%. Desde nuestro punto de vista, un retroceso sólo permitiría una mejor opción de entrada para posicionarnos en largo.
Estrategias de trading
Los traders conservadores esperarán un movimiento de retorno para volver a probar la integridad del patrón.
Los traders moderados tienden a esperar el retroceso, para una mejor opción de entrada, no necesariamente hasta obtener una confirmación.
Los traders agresivos podrían posicionarse en largo a voluntad, siempre que puedan permitirse primero la larga caída visible en el patrón a través de un movimiento de retorno.
Ejemplo de operación
Entrada: 800 dólares
Orden de minimización de pérdidas: 750 dólares
Riesgo: 50 dólares
Objetivo: 900 dólares – cifra redonda por debajo del histórico cierre en 917,42 dólares
Recompensa: 150 dólares
Relación riesgo-recompensa: 1:3