El primer ministro del Consejo de Estado de China, Li Keqiang, ha declarado que China no ha cambiado y no cambiará su prudente política monetaria y que no recurrirá a incentivos que "inunden" la economía.
La desaceleración de la economía y la inflación moderada en China contribuyen a que el banco central reducirá el costo de los préstamos. Sin embargo, los analistas no pueden llegar a una opinión común acerca de exactamente qué tasa se reducirá.
El paso más agresivo sería bajar la tasa de interés clave por primera vez desde 2015, lo que reducirá el costo de los préstamos para toda la economía.
Sin embargo, tal decisión puede llevar a un debilitamiento del yuan y la aparición de "burbujas" en los activos. Más popular es el pronóstico que implica una disminución en el costo de la financiación a corto y mediano plazo de los bancos, que se traduce automáticamente a la economía.
El crecimiento del PIB de China el año pasado se desaceleró a 6,6% y fue mínimo en 28 años. En un esfuerzo por apoyar a la economía, las autoridades chinas están haciendo esfuerzos para asegurar la financiación suficiente para el sector privado.
Según el Banco Popular de China, el volumen de nuevos préstamos bancarios en China en moneda nacional fue de un récord de 3,23 billones de yuanes el mes pasado.
El primer ministro del Consejo de Estado de China, Li Keqiang declaró en una reunión del Consejo de Estado que las instituciones financieras deberían ofrecer más préstamos, especialmente a mediano y largo plazo, a las pequeñas empresas. También señaló que el gobierno necesita profundizar las reformas para resolver los problemas a largo plazo en la economía.