Este artículo se publicó en inglés el día 14 de febrero de 2018
Ellen R. Wald
Los dos países más importantes que deben seguir de cerca estos días los inversores y traders del petróleo son Estados Unidos y Rusia. Los datos de producción y pronósticos de los productores de petróleo de Estados Unidos se actualizan regularmente y la información es fácilmente accesible, pero la producción de petróleo rusa es mucho más opaca.
La participación de Rusia en el acuerdo de reducción de la producción de los países miembros y no miembros de la OPEP siempre ha sido precaria. En el pasado, Rusia prometió reducir la producción y luego no lo cumplió. Esta vez, Rusia ha cumplido con su compromiso, pero muchos se preguntan si seguirán cumpliendo las cuotas de producción.
El cumplimiento de Rusia depende en cierta medida de la cooperación de las empresas rusas. Este mismo pasado noviembre de 2017, tanto Lukoil (MCX:LKOH) como Rosneft (MCX:ROSN) anunciaron sus planes de aumentar la producción petrolífera en 2018. Si aumentan su producción, Rusia superará su cuota.
Se ha entendido desde la reunión de la OPEP de noviembre que, a pesar de que Rusia se compromete a continuar con los recortes de producción, probablemente quiera abandonarlo antes que algunos de los otros países de la OPEP. Las expectativas apuntan a que comentarán las estrategias de salida en la próxima reunión de la OPEP que se celebra en junio.
En una entrevista reciente con S&P Global Platts, el ministro del Petróleo de Rusia, Alexander Novak, dijo que Rusia tiene la capacidad de aumentar rápidamente la producción de petróleo una vez concluya el acuerdo de reducción, pero no entró en detalles en cuanto a cuánta capacidad tiene realmente. En el futuro, Rusia pretende mantener su producción dentro del rango de 10-11 millones de barriles al día. Rusia produjo 10,95 millones de barriles al día en enero de 2018.
Sin embargo, hay algunos indicios de que la situación del petróleo ruso no es tan de color de rosa como Novak y las petroleras rusas han querido dar a entender. Según un informe de Reuters, la producción de Rosneft disminuyó un 0,2% en enero y la producción de Lukoil descendió un 0,5% el mismo mes a pesar de sus deseos de aumentar la producción este año. La disminución de la producción podría deberse al mal tiempo, pero nadie lo ha confirmado.
Lo más probable es que la disminución de la producción se haya debido a la infraestructura anticuada y a la reducción de la producción de los campos maduros de Siberia. Esto implicaría posibles problemas a largo plazo para la producción de Rusia, como insinuó Novak en su entrevista. Parece que el descenso de la producción de estas empresas se vio compensado por el aumento en otros lugares de Rusia, como en el proyecto de petróleo que Rusia lleva a cabo en el extranjero.
Rusia espera ampliar su producción en las regiones árticas, particularmente debido al desgaste de los yacimientos siberianos y la reducción de la producción de los mismos. Sin embargo, las sanciones de Estados Unidos están obstaculizando el empeño de las empresas rusas de emprender tareas conjuntas en el Ártico con empresas estadounidenses con capital y experiencia en este campo. Parece que los pronósticos de Rusia en cuanto a la producción de petróleo son especialmente alentadores y dependen de nuevos proyectos online en el futuro más próximo.
Si se retrasan por falta de financiación o de asociaciones, las tasas de producción de Rusia podrían quedar obstaculizadas como es natural. En ese caso, Rusia no tendría tantas ganas de cancelar los recortes de producción de la OPEP como parece en este momento.