Mientras el mundo se vestía de púrpura y penitencia durante esta Semana Santa, Cuba se pintaba de negro y satisfacción. Primero con la familia Obama, depositaria del gran legado de Martin Luther King, que llegó a la isla en pleno; y luego con los Rolling Stones, con un concierto multitudinario lleno de fervor rockero. Dos acontecimientos simbólicos que revela los nuevos tiempos de apertura que el mundo pretende para Cuba y que los cubanos anhelan para sí mismos.
Los logros son todavía exiguos y fáciles de revertir. Para que los esfuerzos aperturistas de Obama fraguen, se precisa que el Congreso derogue la ley Helms-Burton, pilar de la actual política de embargo estadounidense. Y todo dependerá de las elecciones de noviembre: quién gane la presidencia y cómo quede configurado el Congreso. Sin embargo, y excluyendo una improbable victoria del cubanoamericano Ted Cruz, todos favorecen una mayor apertura. Hasta el xenófobo Donald Trump, ése que quiere levantar un muro en la frontera con México, ha sostenido que más de cincuenta años de embargo con Cuba son suficientes, que Obama debió negociar un acuerdo mejor, y que estaría dipuesto a abrir un hotel de su cadena en Cuba: business are business.
Y las oportunidades de negocios que se pueden abrir en Cuba han despertado rápidamente el apetito de los empresarios. A sólo 150 km de Florida, es el pricipal mercado caribeño con 11 millones de habitantes, y aunque en un ranking mundial el tamaño de su PIB nominal se ubica en el lugar 64, el escenario económico mejorará ostensiblemente conforme se permite un mayor flujo de entrada de remesas, una avalancha de turistas llegan a sus costas, y las empresas estadounidenses empiezan a hacer más negocios en la isla.
El propósito último de Obama es lograr, tras más de 55 años de régimen comunista en Cuba, una democracia genuina en la que los ciudadanos sean capaces de, libremente, elegir a sus líderes, expresar sus ideas y practicar su fe bajo el convencimiento de que, en esas condiciones, a los pueblos les va mejor. Pero esas demandas políticas tienen que llegar de los propios cubanos, a quienes se les presenta una oportunidad de cambio en el 2018, cuando se espera que el actual presidente, Raúl Castro, abandone el cargo.
En consecuencia, el plan de Obama consiste, tras el evidente fracaso de la estrategia aislacionista, en generar las condiciones de prosperidad, de conectividad, de intercambio cultural y de apertura que aliente la búsqueda de nuevas aspiraciones en la sociedad cubana y desemboque en ese anhelo de mayor libertad y oportunidades individuales. Además, y de paso, finiquita la retórica castrista del “bloqueo” que le ha servido al gobierno cubano para presentarse como víctima ante sus conciudadanos.
Con ese objeto, y a la espera de que el Congreso evalúe la política a seguir con Cuba, Obama ha ido abriendo los sectores que más contribuyen a esos logros de prosperidad y conectividad: ha incrementado los montos de envíos de remesas, ha relajado las restricciones para realizar transacciones financieras con Cuba a través de bancos estadounidenses, está agilizando el tráfico marítimo y aéreo entre ambos países, es más permisivo con la entrada de ciudadanos estadounidenses a Cuba, sobre todo si está relacionado con intercambios culturales, y autorizó la exportación de productos de telecomunicaciones e internet como software, hardware y servicios, entre otras medidas.
Ante ese nuevo escaparate, un factor esencial para obtener una ventaja sobre los competidores es llegar el primero. ¿Qué empresas de cada sector han sido las más avezadas para posicionarse antes que nadie? Sin duda, y sin ser estadounidenses, sobresalieron, dentro del sector de entretenimiento, los Roling Stones, la primera gran banda de rock en tocar en Cuba en un concierto que han presumido como histórico: bien se dice que las Majestades Satánicas saben más por viejas que por satánicas.
Y en el sector de turismo, financiero, tecnológico, e incluso agrícola ¿quiénes destacan? En el sector de turismo, los grandes emporios hoteleros quieren aprovechar el entusiasmo de los estadounidenses por conocer Cuba. Starwood (NYSE:HOT) Hotels fue el primero en levantar la mano: espera operar tres hoteles en Cuba bajo una licencia de exportación que aprobó la Secretaría del Tesoro. Pero también se preparan para desembarcar en la isla las cadenas de Hilton, Marriott y Choice Hotels, quienes empezarán a competir con empresas hoteleras españolas ya instaladas en Cuba como Meliá o NH Hoteles (MC:NHH), o el francés Accor (PA:ACCP). También ha reaccionado con apremio la compañía de cruceros Carnival Corporation (NYSE:CCL), que empezará a ofrecer rutas de siete días a Cuba a partir del primero de mayo con actividades que significarán implicarse con el arte, la historia y la cultura cubana. Turistas
El sector financiero también está en guardia. Una de las prioridades de Obama es levantar restricciones a los movimientos de dinero entre los dos países con el fin de que una mayor prosperidad estimule las aspiraciones de los cubanos. Las remesas son un punto crucial: según el departamento de Estado, los americanos envía a los cubanos en torno a 2,000 millones de dólares, o en torno a un 3% del PIB del país. Pues bien, para empezar incrementó los montos de las remesas que se pueden enviar de Estados Unidos a Cuba de 500 a 2,000 dólares cada tres meses. Western Union (NYSE:WU) ya se frota las manos,
Sin embargo, para abrir las mentes de los cubanos a la lógica del capitalismo, Obama apuesta por el poder de internet y por las grandes avanzadillas del capitalismo del siglo XXI, las startups tecnológicas, que además cuentan con la ventaja de necesitar una menor infraestructura física. Por eso, en el sector turismo, Airbnb ya saca una cabeza a sus competidores: ya lleva operando casi un año y ha administrado 13,000 visitas, con un gasto promedio de 250 dólares por reservas. Allí, directamente los anfitriones cubanos compartirán su vivienda con los turistas estadounidenses a cambio de una retribución: así, una familia cubana convive con una americana y puede obtener ingresos por una iniciativa privada. Para el sector financiero, también parece tener predilección por PayPal (NASDAQ:PYPL), que planea gestionar pagos entre ciudadanos de ambos países a través de Xoom, una compañía que adquirió el año pasado y que opera transferencias de dinero internacional con comisiones posiblemente más bajas que las de Western Union. Stripe, otra starup que gestiona transferencias de efectivo aunque con fines empresariales, y Bitcoin tampoco pierden de vista este negocio.
Pero para que las startups den todo lo que tienen que dar, para que pueda funcionar por ejemplo Netflix (NASDAQ:NFLX), otra empresa interesa en el mercado cubano, y para que los cubanos generen sus propias iniciativas, se necesita un mejor acceso a internet. Google está interesa en mejorar la penetración de la banda ancha y el Wi-Fi en Cuba, pero es de esperar que el gobierno ponga obstáculos para contener a la disidencia y a la libertad de expresión.
Por tanto, sí, Obama desea una mayor apertura. Pero también, y a falta de que se revoque el embargo, se mueve con bastante discrecionalidad. A su viaje le acompañaron los directores de esas empresas emblemáticas de Silicon Valley como los de Google, Airbnb o PayPal. Pero además, llama la atención que los propietarios de las empresas que ya están rondando por Cuba estén concentradas en las manos de siempre, en esos tres fondos mutuos que merodean por todo lado: Vanguard Group, BlackRock (NYSE:BLK) y State Street (NYSE:STT). Ellos están, en comandita, en Alphabet (NASDAQ:GOOGL), Starwood Hotels, Hilton, Alphabet, Western Union, Paypal, además de en BlacRock y State Group. Para ellos, Cuba es otro motivo de gran satisfacción.