El presidente Donald Trump desayunó hoy con los tres CEOs del “Big Three” automotriz, los tres magníficos: Ford (NYSE:F), General Motors (NYSE:GM) y Fiat Chrysler (MI:FCHA). Se trata de Mark Fields, CEO de Ford, quien ya acudió a una reunión de empresarios ayer; Mary Barra, de General Motors y Sergio Marchionne, de Fiat Chrysler.
Así que Detroit en pleno desayunará en la Casa Blanca. La reunión es crucial, sobre todo de cara a la junta que altos funcionarios de la administración de Donald Trump, entre ellos su yerno Jared Kushner, tendrán en los dos días siguientes con el canciller mexicano, Luis Videgaray, y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Es una gran oportunidad que tienen los tres grandes jefes del sector en Estados Unidos para hacer cambiar de opinión a Trump: si el sector automotriz estadounidense quiere ser competitivo, tiene que seguir construyendo autos en México. Pero también hay espacio para crear puestos de trabajo y nuevas plantas en Estados Unidos.
No toda la inversión tiene que ser adecuada para México. Pero hay dos rubros que sí lo son, aquellos donde más se benefician de la mano de obra barata. Es el caso de los turismos tipo sedán, donde los márgenes son muy pequeños y los salarios estadounidense se lo comerían; y también el de autopartes, un rubro más intensivo en trabajo. Sin embargo, Estados Unidos puede apostar por el sector eléctrico y el de híbridos, donde se precisa de una mayor inversión en Investigación y Desarrollo. Hay mercado para todo.
Por tanto, será crucial que los tres CEOs persuadan a Trump de que acabar con las ventajas del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (Nafta por sus siglas en inglés) o imponer un arancel del 35% sea la solución. Si Trump quiere escuchar planes para crear nuevos empleos en la industria automotriz estadounidense las hay; pero son compatibles con las actuales inversiones y nuevas y potenciales inversiones en México.
De hecho, así está siendo: GM, Ford y Fiat Chrisler emplean conjuntamente a 230,000 trabajadores en Estados Unidos. Pero sobre todo, desde la Gran Recesión, han vuelto a generar empleos en la industria automotriz estadounidense: cada uno ha generado, al menos, 25,000 puestos de trabajo desde el 2009. Esos al menos 75,000 empleos generados desde la Gran Recesión han significado un incremento de cerca del 50% en el sector automotriz estadounidense.
Pero hay más: esos empleos generados en Estados Unidos desde la Gran Recesión por “Los Tres Grandes” superan , en mucho, a todos los trabajadores que tienen contratados en México, y que se elevan a 36,600 empleos. Esos números contradicen a Trump: el número total de empleados de Ford en México es de 8,800 trabajadores, de Fiat Chrysler 12,800 y de GM son 15,000. Así, hasta sorprende que Trump haya atacado más a Ford que a GM o Fiat Chrylser, siendo la automotriz que menos trabajadores tiene en México.
Sorprende, sin embargo, que Trump haya excluido a las asiáticas. Suponemos que es por su política de “America First”. Primero a ver qué me dicen los míos y luego ya veremos. Por tanto, no estarán Toyota (T:7203), ni Honda (T:7267), ni Nissan (T:7201), ni Hyundai, compañías asiáticas que tienen inversiones tanto en Estados Unidos como en México y podrían plantear nuevas ideas. Más si tenemos en cuenta que las compañías automotrices asiáticas emplean a 100,000 trabajadores en Estados Unidos, su nómina representa 7,600 millones de dólares (mdd) y producen en torno al 40% de los autos ensamblados en Estados Unidos.
Tampoco las alemanas BMW (DE:BMWG) y Volkwagen fueron convidadas a la Casa Blanca. Ambas firmas dan empleo en torno a 12,000 trabajadores: BMW en su planta de Spartanburg, en Carolina del Sur, que es la más grande que tienen en el mundo y de los 400,000 autos que produce, el 70% lo exporta a otros países; y Volkwagen en Chattanooga, Tennessee. Tanto Toyota como BMW ya fueron blanco de los ataques tuiteros de Trump.
Aun así, el mercado parece esperar que serán capaces de meter algo de sensatez en la cabeza de Trump. Ford trepa hoy un 1.5%, General Motors un 1.2% y Fiat Chrysler un 5.5%. Pero además, pueden allanar el camino a los funcionarios mexicanos de cara a la reunión del miércoles y jueves, y del presidente Peña Nieto con Trump el día 31. Quizás por eso, el peso se dispara hoy un 1.3%, pese a la apatía de Wall Street, y el peso se aprecia un 0.2% a 21.35 pesos por dólar, si bien llegó a tocar los 21.25 pesos por la mañana.