Al final, Banco de México (Banxico) siguió a la Reserva Federal e incrementó la tasa de referencia en 25 puntos base (pbs) para dejar la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 7.25%. Aunque el consenso del mercado estaba dividido entre mantener las tasas sin cambios o incrementarlas en 25 pbs, un 65% de los analistas consultados en la encuesta de Bloomberg estimaban un aumento en la tasa de referencia en la reunión de hoy: el reciente repunte de la inflación, con señales de que se estaban produciendo los temidos “efectos de segundo orden”, la expectativa de que la inflación retornará al objetivo de 3% de manera más lenta de lo inicialmente previsto, y la depreciación del peso observada en las últimas semanas ameritaban un aumento de tasas con el fin de anclar la inflación y las expectativas inflacionarias.
El peso mexicano, que abrió la jornada con signos de debilidad y que llegó a cotizar en 19.15 pesos por dólar, o una depreciación del 0.7%, ha ido recuperando terreno y en el momento de escribir esta nota ha borrado todas las pérdidas y cotiza en 18.99 pesos por dólar.
La decisión de Banxico no fue unánime: mientras la mayoría votó por un incremento de 25 pbs, uno de los miembros se inclinó por un incremento aún más agresivo de 50 pbs. Por tanto, Alejandro Díaz de León, en un entorno complejo, se inclinó por estrenarse con un nuevo apretón monetario con el objeto de controlar la evolución del peso y la inflación y tratar de conservar una postura neutral durante el 2018, que es año electoral. Sin embargo, con tanta incertidumbre hacia adelante, sobre todo asociado a las negociaciones del TLCAN, Banxico todavía puede enfrentar importantes retos. La bolsa mexicana, que ha cotizado al alza casi toda la jornada, descendía un 0.06% en el momento de escribir esta nota, siguiendo la trayectoria observada en Wall Street, donde también cotizan con moderados descensos.