Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, Managing Editor en 60 Second Investor.
Las divisas y las acciones se han vendido este martes de forma masiva después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijera que "es hora de jubilar la palabra transitoria para referirnos a la inflación". Los inversores apostaron por el dólar estadounidense, pero al haberse vendido antes del anuncio de Powell, el billete verde no pudo volverse positivo con respecto a las demás monedas principales.
El anuncio de este martes es significativo porque los inversores llevan meses esperando que el presidente de la Fed admita que las altas presiones de los precios podrían durar más de lo que se decía, algo a lo que otros banqueros centrales ya se han rendido. Powell no cree que la inflación vaya a bajar hasta la segunda mitad de 2022, por lo que hablará de acelerar el tapering en su próxima reunión de los días 14 y 15 de diciembre. Puede que incluso tengan que considerar la posibilidad de poner fin al tapering unos meses antes de lo previsto.
Lo que hace que el anuncio sea tan importante es el momento en que se produce. La variante del COVID-19 Ómicron es un riesgo grave que muchos científicos aún se esfuerzan por comprender. Como dijo Powell, no sabremos más sobre Ómicron hasta dentro de una semana o 10 días. La Fed podría haber esperado fácilmente otra semana antes de hacer este importante cambio en las orientaciones prospectivas, pero su decisión de no esperar refleja lo preocupados que están por la aceleración de las presiones sobre los precios y la imperiosa necesidad que sintieron de preparar al mercado para el cambio de política monetaria (tapering) el mes que viene.
Aunque Powell se apresuró a añadir que estos supuestos no incluyen el riesgo de la variante Ómicron, de la que sabrán más en unas semanas, de sus declaraciones de este martes se desprende que, mientras no provoque nuevas medidas de confinamiento en Estados Unidos, normalizarán la política monetaria más rápido. Los inversores pueden esperar mejoras en las previsiones de inflación del mes que viene junto con más "puntos" a favor de las subidas de tipos el año que viene.
Aunque la perspectiva de un menor estímulo suele ser positiva para el dólar estadounidense, la combinación de unos datos económicos más débiles y la actual preocupación en torno a la variante Ómicron limitarán sus ganancias. En cambio, el yen japonés y el franco suizo deberían ser los mayores beneficiarios de las declaraciones de Powell. La confianza de los consumidores y el índice PMI de Chicago cayeron más de lo esperado en el mes de noviembre y, con la variante Ómicron, tenemos motivos para creer que la confianza disminuirá aún más.
Tradicionalmente, el dólar estadounidense se beneficia de su estatus de refugio seguro cuando hay malas noticias, pero en lugar de subir, el billete verde se debilitó después de que el director ejecutivo de Moderna (MX:MRNA) dijera que es muy probable que las actuales vacunas COVID-19 sean menos eficaces contra la variante del COVID Ómicron. La explicación de este movimiento contradictorio es sencilla: es sólo cuestión de tiempo que se detecten casos de la variante Ómicron en Estados Unidos, momento en el que todo el mundo empezará a especular sobre la respuesta local y nacional. Incluso aunque no vuelvan a producirse nuevas restricciones y medidas de confinamiento, los consumidores podrían retirarse antes de las fiestas, lo que les llevaría a realizar menos compras, cancelar viajes y reducir otros gastos de fin de año. El riesgo para la economía estadounidense podría ser importante, lo que explica que algunos inversores estén vendiendo antes de tiempo.
El euro ha sido la divisa que mejor actuación ha ofrecido, por detrás del yen japonés y el franco suizo, lo que resulta sorprendente, ya que los países europeos son los que más probabilidades tienen de sufrir restricciones. Ya se ha impuesto un confinamiento total en Austria y Eslovaquia, y uno parcial en los Países Bajos. Bélgica y Portugal han anunciado nuevas restricciones, mientras que Francia impone el uso de mascarillas para todas las actividades en interiores. En Alemania, crece la presión para endurecer las restricciones. Sin embargo, la mejora de la inflación de la eurozona y las cifras del mercado laboral alemán han mantenido el euro en su sitio y evitado que cerrara la jornada a la baja frente al dólar.
Entre la caída de los precios del petróleo y la subida del dólar estadounidense, el dólar canadiense ha sido el más afectado. En el último mes, el precio del crudo ha caído desde máximos de casi 85 dólares por barril hasta mínimos de 64,45 dólares, la primera vez que el crudo WTI cotiza por debajo de los 65 dólares en tres meses. La variante Ómicron ya ha llegado a Canadá con cinco casos registrados. Aunque se espera que las cifras del mercado laboral canadiense mejoren, el desplome de los precios del petróleo combinado con la demanda de dólares estadounidenses debería mantener a la divisa de Canadá bajo presión.
Este miércoles se publicará el informe del PIB del tercer trimestre de Australia, las revisiones de los PMI de la eurozona y del Reino Unido, el ADP, el índice ISM manufacturero y el informe del Libro Beige de la Reserva Federal. Aunque son importantes, puede que estas cifras tengan un impacto limitado en comparación con las declaraciones de Powell, que junto con los titulares sobre la variante Ómicron seguirán impulsando el interés por el riesgo y los flujos de divisas.