El peso mexicano cotiza en 19.9617 pesos por dólar con una apreciación de 1.34%, o 27 centavos, lo que se da ante un debilitamiento generalizado del dólar estadounidense, cuyo índice ponderado retrocede 1.24%. La debilidad del dólar ocurrió después de que en Estados Unidos se publicó la inflación de julio, en una tasa anual de 8.5%, por debajo de las expectativas y del dato de junio de 9.1%. Debido a que lo anterior puede indicar que la inflación ha empezado a ceder, el mercado especula que la Reserva Federal será menos agresiva en los incrementos a la tasa de interés.
Desde un enfoque técnico, el tipo de cambio muestra una tendencia a la baja al cotizar por debajo de sus promedios móviles de 200 (20.4285 pesos por dólar), 100 (20.1581) y 50 (20.2797) días, por primera vez desde el 28 de junio. Por su parte, el Índice de Fuerza Relativa (RSI, por sus siglas en inglés), se encuentra en un nivel de 38.05 unidades, lo que implica que aún queda algo de espacio para que el tipo de cambio se aprecie, antes de que se observe una corrección al alza. Si el RSI alcanza el nivel de 30 unidades, podría ser considerado un nivel de sobrecompra para el peso mexicano y se elevaría la probabilidad de una corrección al alza.
Ante esto, es probable que el peso mexicano siga apreciándose, pues el mercado está a la espera del anuncio de política monetaria del Banco de México mañana jueves a las 13:00 horas, en donde se anticipa que la Junta de Gobierno sobara la tasa de interés en 75 puntos base a 8.5%. Además de la decisión de política monetaria, será muy relevante el tono del comunicado y las expectativas de inflación. Un ajuste al alza de las previsiones de inflación, podría fortalecer al peso mexicano, pues implicaría que Banco de México tendrá que seguir subiendo su tasa de interés hacia una postura restrictiva.
En el corto plazo es probable que el tipo de cambio se dirija hacia el soporte de 19.90 pesos por dólar y de ser perforado podría dirigirse hacia 19.85 pesos.