El oro finalizó la semana cotizando en 1,338.60 dólares por onza, mostrando una ganancia de 1.82%, mientras que la plata finalizó en 19.67 dólares por onza, lo equivalente a un incremento de 3.62%.
Las ganancias del oro ocurrieron a la par de la mayoría de las materias primas (con excepción del crudo que perdió al cierre de la semana), luego de que la Reserva Federal decidió mantener sin cambios su tasa de interés de referencia.
Es necesario recordar que el oro tiende a ganar cuando la política monetaria de Estados Unidos apunta a que seguirá siendo altamente acomodaticia por más tiempo, ya que es más atractivo que las bajas tasas de rendimiento que se ofrecen en otros activos y a que una postura laxa tiende a depreciar a la divisa en el largo plazo.
Adicionalmente, existe un sentimiento de riesgo en los mercados financieros que favorece al oro. Recientemente, la probabilidad de que Donald Trump gane las elecciones presidenciales se ha incrementado, debido a que ha ganado terreno en las encuestas de intención de voto. En consecuencia, la postura acomodaticia de la Fed, sumada al proceso electoral de Estados Unidos, seguirá elevando la demanda por el metal.
Es importante agregar que al igual que otras materias primas, el oro también ha ganado a raíz de una depreciación generalizada del dólar, en las últimas jornadas de la semana, frente a sus principales cruces, lo cual incrementa la demanda por commodities que cotizan en dólares.
La próxima semana es probable que el oro avance hacia el nivel de 1,350 dólares por onza, dependiendo del desempeño de Donald Trump en el primer debate presidencial frente a Hillary Clinton, ya que esto podría influir sobre las intenciones de voto.
Hacia los últimos dos meses del año el oro podría volver a enfrentar presiones a la baja, aunque esto dependerá de que Hillary Clinton gane las elecciones presidenciales del 8 de noviembre y de que la Reserva Federal reanude el proceso de normalización de su política monetaria en la reunión que termina el 14 de diciembre.