Durante la semana que concluyó este 8 de octubre, el tipo de cambio se desligó un poco del comportamiento que tuvo el dólar frente a la canasta de las seis principales divisas, ya que el índice DXY se apreció 0.03% en la semana mientras que el peso se depreció 1.4%% frente al dólar en el mismo periodo, alcanzando niveles de $20.75 en la semana, donde presenta una resistencia importante que esperamos la respete para evitar un movimiento mayor al alza. Entre los principales factores que debieron influir en la depreciación del peso, estuvo el alza de la inflación en México y el incremento en los rendimientos de los treasuries, los cuales han empezado a anticipar el retiro de la compra de bonos en Estados Unidos.
Por otro lado, la bolsa de México medida por el índice S&P/BMV IPC registró el viernes una ganancia de 0.51% y de 0.15% en la semana, ubicándose al cierre en 51,136.62, todavía por debajo de su promedio móvil de un mes ubicado en 51,278 puntos, aunque sus principales indicadores técnicos mantuvieron señales positivas, que podrían darle un primer impulso a la media móvil, y en caso de superarlo podría buscar los 52,200 puntos, apoyado posiblemente por los próximos resultados de las empresas.
En Estados Unidos, los tres principales índices de Wall Street registraron el viernes una pérdida promedio de 0.24%, pero en la semana tuvieron una ganancia promedio de 0.70%, lo que influyó para que sus indicadores técnicos presenten señales positivas, aunque todavía están por debajo de sus respectivos promedios móviles de un mes. Sin embargo, a pesar de las señales positivas que muestran los índices bursátiles, existe el riesgo de un regreso por los niveles que alcanzó el rendimiento de los treasuries en Estados Unidos, ya que aunque el resultado de la nómina no agrícola estuvo por debajo de lo esperado, el presidente de la Fed, Jerome Powell declaró que eso no detendrá la reducción de la compra de bonos (tapering). Es probable que en la próxima reunión de política monetaria de la FED el próximo 3 de noviembre, anuncie la fecha o los términos con los que iniciará la reducción de la compra de bonos.