Hoy me ha preguntado el primo de mi vecino si para ganar haciendo trading era necesario no tener mala suerte.
Después de un tiempo operando en el broker que le recomendé, con paciencia, prudencia, disciplina y tratando siempre de autocontrolarse, ha observado que en muchas ocasiones, una operación en la que iba ganando, no llega por un único punto a su objetivo fijado, el precio se da la vuelta y acaba (por no saber reaccionar a tiempo, también), con todos sus beneficios reducidos a cero o incluso (si se obceca), convertidos en pérdidas.
Otras veces le sucede que, justo después de cerrar dicha operación (por que aparentemente ésta ya no daba más de sí, o porque no se atrevía a dejar correr los beneficios) el precio le da a posteriori la razón, y si hubiera aguantado un poquito más, su ganancia se hubiera triplicado...
En otras ocasiones, me comenta que entra con muy pocos contratos al mercado (o incluso con minilotes, o microlotes, porque su broker así se lo permite y no quiere arriesgar mucho) y acierta y obtiene un jugoso número de puntos, y otras, se atreve a entrar con muchos más contratos, pero entonces es precisamente cuando le salta el stop...
O está dentro del mercado, por ejemplo en largo, y surge de la nada una noticia que va en contra de sus intereses y que, de haber sido de contenido contraria, hubiera disparado su profit, o bien este dato económico se produce justo cuando él no estaba operando.
Sigue lamentándose refiriendo que, en su opinión, los días o sesiones en los que no puede sentarse a operar, son justamente días o sesiones en lo que, analizando después lo sucedido, el mercado fué dócil y obediente, marcó una tendencia definida y dió claras señales tanto de compra como de venta, mientras que cuando él puede operar, el precio se instala en un inamovible lateral, y no se mueve ni a un lado ni hacia otro.
"¿Tengo mala suerte?", sigue lamentándose el bueno de primo de mi vecino.
Como yo ya he pasado y sigo pasando por todas esas fases, le recuerdo de nuevo que para tener suerte, lo primero es buscarla, estar en el sitio adecuado y en el momento adecuado. Que si ésta llega, y te acompaña en el sentido de tu posición y se pone larga o corta igual que tu operativa, debe pillarte delante de los gráficos, trabajando, esforzándote.
Que habrá ocasiones en las que será cierto que por un sólo tick el precio no toque nuestro beneficio y encima se dé la vuelta, pero que ya dependerá de nosotros aceptarlo, gestionar la posición, asegurar al menos esas ganancias para no acbar en pérdidas y reponernos sin demasiadas lamentaciones, y continuar yendo a por la siguiente operación.
En el trading, casi todo son probabilidades, estadísticas: ganar más que perder, o cuando ganemos que lo hagamos en un porcentaje o cantidad mayor que cuando nos salta el stop. Aguantar, gestionar, tener paciencia y esperar y no dudar a la hora de entrar en el mercado cuando nuestro sistema marca una clara señal. Luego ya, la suerte nos acompañará o no, se pondrá en el sentido de nuestra orden o nos dará la espalda. Pero siempre preparados para ambas cosas: para que si el aliento de la suerte sopla a nuestro favor, que ésto ocurra mientras estamos frente a los gráficos, o trabajando y preparándonos para cuando surja la oportunidad, o si ésta va contra nosotros y surge una catastrófica noticia que deshace por completo nuestra idea operativa, hayamos tenido la suficiente cabeza de tener el stop puesto y de no habernos arriesgado ni apalancado por encima de nuestras posibilidades.
Tracemos un plan, llevémoslo a la práctica, trabajemos y operemos con humildad, paciencia y coherencia, tratando siempre de mejorar nuestros errores y de reforzar nuestros aciertos...y olvidémonos de si la suerte se digna o no visitarnos.Lo llevo escribiendo y repitiéndomelo desde hace mucho tiempo tanto en mi web, como en las redes sociales, pero sobre todo tratando de ejecutarlo frente a los mercados y de enseñar a hacerlo al que me lo solicita, ayudarle a encontrar y forjar su propia suerte, aprendiendo a crearla a base de conocimientos y disciplina.
E insisto, si lo hace y nos honra con su presencia, que sea como la inspiración: que nos pille trabajando, operando, viviendo...
Y hacer ésto y buscar tú la suerte y no que ésta te busque a tí una hora, la siguiente, otra más...
Y si deseas pasar ya a la acción, atrévete a hacerlo hoy mismo. No lo demores, ya sabes: el mejor día para haber comenzado algo fué ayer... pero el segundo mejor, sin duda, es hoy... Da el primer paso, y luego el segundo, el tercero...