Apunten esta fecha: 11 de mayo. Para entonces, si los cálculos son correctos, el precio físico del crudo estadounidense debería estar de vuelta en territorio negativo, aunque tengo la corazonada de que sucederá antes.
Como todo el mundo probablemente recuerda vívidamente de la semana pasada, el colapso de los futuros de West Texas Intermediate a niveles bajo cero se produjo después de que el mercado físico se desplomara por primera vez hasta precios hasta ahora no vistos.
El 14 de abril, el precio físico de WTI ya estaba en 16 dólares por barril cuando los futuros de mayo se negociaban en 23 dólares. El 17 de abril, cinco días antes de su vencimiento, el contrato de mayo todavía registraba máximos intradía en más de 20 dólares, mientras que el precio físico ya se había desplomado a 14,25 dólares.
Por supuesto, en el transcurso de las próximas 72 horas, todo por lo que el mercado de crudo de Estados Unidos se había hecho famoso, como referente mundial del petróleo desde principios de la década de 1980, se esfumó.
El "Black Monday" del petróleo está listo para volver a ponerse en marcha
En el "Black Monday" del petróleo, el 20 de abril —el mercado de valores tiene múltiples iteraciones de días negros y ya era hora de que el petróleo obtuviera uno—, el WTI recorrió el borde del abismo, igualando la cotización del mercado físico dólar por dólar y llegando a situarse en menos de 40 dólares.
El contrato de mayo de WTI cayó en picado un 440% en esa coyuntura, ya que los que quedaron atrapados con el contrato que expiraba sin valor no pudieron encontrar un solo comprador en un mercado aniquilado por la pandemia. Sin embargo, tras cerrar la jornada del 20 de abril de menos de 37 dólares, el WTI de mayo llegó por fin a su destino con su avatar físico, y se quedó descansando otros dos días en menos de 14 dólares.
Ahora avanzamos rápidamente hasta esta semana: el contrato del WTI de junio, la nueva materialización del crudo estadounidense, sufrió otra alucinante caída del 25% el lunes, aunque en términos de dólares, fue de sólo algo más de 4 dólares, para cerrar en 12,78 dólares. Durante la tarde de la jornada de negociación en Asia (las 6:00 horas (CET)), el contrato de junio del WTI baja otro 14%, o casi 2 dólares, hasta registrar mínimos de la sesión en 10,66 dólares.
Y podría caer al menos otros 2 dólares en las próximas 24 horas. ¿Por qué?
El mercado físico lastra los futuros
Porque el mercado físico del WTI ya estaba en 8,50 dólares al cierre del lunes. Y se pone más interesante cuando miramos los cálculos para ver a dónde podría ir a partir de ahí.
Desde que se situara en 16 dólares el 14 de abril, el WTI físico ha perdido casi 8 dólares o un 50% en el transcurso de sólo dos semanas. A este ritmo de desgaste, el WTI de junio podría tornarse negativo en dos semanas, lo que sería aproximadamente el 11 de mayo, o aproximadamente una semana antes de su vencimiento el 19 de mayo. La probabilidad de que eso suceda en los próximos días es, por supuesto, igual de grande.
Si nos guiamos por lo que le pasó al WTI de mayo, la repetición de unos precios bajo cero, con el contrato de junio en el asiento del conductor, podría ser peor. La pregunta, por supuesto, es cuánto peor.
¿El WTI en -100 dólares esta vez?
El analista petrolero de Mizuho (T:8411), Paul Sankey, cree que podría alcanzar los tres dígitos a medida que aumenta el miedo al día no muy lejano en que el crudo estadounidense se quede sin espacio de almacenamiento. "¿Vamos a alcanzar los -100 dólares por barril el mes que viene?" preguntaba Sankey en una nota la semana pasada, y luego respondía a la pregunta él mismo, diciendo "muy posiblemente". Y añadía:
"La realidad física del petróleo es que es difícil de manejar, volátil, potencialmente contaminante y realmente inútil sin una refinería".
Hay muy pocos analistas por ahí —incluyendo aquéllos que se han pasado la vida mirando con buenos ojos el petróleo— que puedan discutir que el contrato de WTI de junio va camino de cero o menos aún. Prueba de ello son las deserciones relámpago del contrato de WTI de julio por parte de los inversores que normalmente apostarían por el contrato de próximo vencimiento, si no fuera por la destrucción de demanda de unos 20-30 millones de barriles al día frente a unas reducciones de la producción de menos de la mitad de esos niveles.
No se equivoquen, el volumen de junio es definitivamente más alto que el de julio por unos 200.000 lotes, o 200 millones de barriles. Pero el interés abierto en el contrato de próximo vencimiento —indicador clave de la liquidez— va por detrás del siguiente contrato en casi 55.000 lotes o 55 millones de barriles.
El interés abierto del contrato de WTI de junio en su conjunto ha caído 255.000 lotes o 255 millones de barriles en la última semana.
El USO, una especie de fondo de cobertura, contribuye al desplome del WTI
Y lo más revelador, el contrato de WTI de junio tenía un descuento de 7 dólares por barril con respecto al de julio —no es el supercontango de la semana pasada, pero eso todavía podría suceder en las otras tres semanas hasta su vencimiento.
La ruina de liquidez del contrato de WTI de junio se ha visto acelerado, por supuesto, por el Fondo del Petróleo de Estados Unidos (NYSE:USO), que inesperadamente se dispuso a vender todas sus participaciones en el contrato de futuros de crudo más activo de Estados Unidos para poder ampliar su riesgo más adelante en el calendario hasta junio de 2021.
El USO ha dicho que su movimiento, que amplió significativamente el diferencial del WTI junio-julio, se debió a los nuevos límites que le impusieron los reguladores y su broker.
Sin embargo, es bastante irónico que un fondo negociado en bolsa, cuyo propósito original era reflejar el contrato de WTI de próximo vencimiento, dictar ahora su rumbo —como un fondo de cobertura.