El ser humano, casi por naturaleza, se siente obligado a tomar partido por un bando cuando se presenta una dualidad. Un partido político, equipo de fútbol y una forma de invertir. Aunque hemos evolucionado, seguimos siendo animales en busca de identificarnos con iguales, formar una manada y tener el sentimiento de pertenencia. Lo malo es que no todas las veces esto es lo más conveniente.
Las inversiones no escapan de esta realidad y tomar decisiones en función a aspectos técnicos o fundamentales, ha creado dos grandes visiones, separadas y casi rivales, de un mismo mercado.
Sin entrar en detalles de las características de cada uno, ambos tienen aciertos y desaciertos, al final, no dejan de ser solo una cara de la misma moneda. En ese sentido, el inversionista debe ser un profesional integral capaz de tomar decisiones mirando gráficas y noticias macroeconómicas, de políticas monetarias e internas de cada activo. Estamos a las puertas de una crisis económica mundial y este puede ser el mejor ejemplo de cómo aprovechar ambas visiones.
Por un lado, las noticias macroeconómicas no muestran una recuperación económica en el corto plazo, sino todo lo contrario; así que un análisis fundamental puede abrir posibilidades de compras, en precios mínimos, para armar un portafolio a largo plazo. Por otro lado, también se sabe que las tendencias del mercado no son continuas y un activo que está en fase bajista siempre muestra los llamados impulsos y retrocesos que pueden brindar la oportunidad de aprovechar la volatilidad, sacar rentabilidad y especular a muy corto plazo, incluso en las temporalidades menores a un día.
Como conclusión, el inversionista que logre tener esa visión de 360° aumentará las probabilidades de ganar con operaciones tanto en compra o venta a corto, mediano y largo plazo. Vienen momentos que hasta podrían catalogarse de históricos y por ello hay que estar preparados para ver las oportunidades del mercado.