Los altos precios siguen frenando a la economía. A pesar de que México registra cuatro trimestres consecutivos de crecimiento y mejoran las proyecciones para el PIB al cierre de este y el próximo año, el avance es moderado. Esta semana, la OCDE compartió sus proyecciones para el PIB mexicano y espera un incremento de 2.5%, una de las estimaciones más optimistas respaldada por un fortalecimiento del consumo y una mejora gradual del mercado laboral. El Fondo Monetario Internacional proyecta un avance para el PIB en el 2022 de 2.1%, la Cepal de 1.9%, el Banco Mundial de 1.8%, y el gobierno mexicano de 2.4%.
En cuanto a la inflación, un sondeo de Reuters indica que en la primera mitad del mes de noviembre el indicador general en México se habría reducido por quinta quincena consecutiva a una tasa interanual de 8.24%, por debajo del 8.28% de la quincena anterior, aunque las estimaciones para el índice subyacente señalan una posible aceleración a un 8.60%, el mayor nivel desde agosto del 2000.
En relación a las proyecciones de cierre anual para la inflación, la última encuesta de perspectivas económicas de Citibanamex señaló un nivel de 8.5%; y para la subyacente 8.33%. Por su parte, la encuesta de octubre de Banxico pronosticó un 8.50% para el termino de este año; para la subyacente un 8.29%. Recordemos que el indicador subyacente es tomado muy en cuenta por el Banco de México quien se prepara para su última reunión de política monetaria del año el 15 de diciembre. Los pronósticos indican un aumento de 50 puntos base, después de que el banco central ha incrementado el referencial 600 puntos base desde junio del 2021, hasta su actual nivel de 10%.
Esta semana, México espera el dato del índice de precios del INEGI correspondiente a la primera quincena de noviembre, el PIB del tercer trimestre del 2022, e IGAE del mes de septiembre.
En el contexto internacional y frente a la alta inflación, los inversionistas esperan que los bancos centrales continúen aumentando las tasas de referencia mundiales hasta casi un 4 % de aquí al 2023.
Los organismos internacionales han fijado posturas. Mientras el Fondo Monetario Internacional advierte de una posible recesión mundial en el 2023, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos lo descarta, aunque estima una importante desaceleración en algunas zonas del mundo como Europa, debido a los impactos por las altas tasas de interés, los efectos de la guerra en Ucrania y los altos precios. La OCDE y el FMI consideran prudente que los bancos centrales continúen elevando sus tasas de interés para desacelerar el consumo y ayudar a bajar los precios de la canasta familiar. El Banco Mundial recomienda enfocarse en el aumento de la producción y no tanto en la reducción del consumo