Hubo un creciente optimismo sobre el eventual retorno a la vida normal a medida que se anunciaron reversiones parciales del bloqueo para el COVID-19 en varios países de Europa, mientras que, en los Estados Unidos, el presidente Trump era su habitual optimista.
Sin embargo, el cínico o pesimista mercado no puede evitar preguntarse cuánto del optimismo se basa en las ilusiones.
y llegó el turno del petróleo…
Terremoto de extrema magnitud en el mercado de petróleo, esta vez con más incidencia en el referente de Estados Unidos, donde se teme que la capacidad de almacenamiento esté alcanzando su límite. El precio del barril de petróleo West Texas Intermediate (WTI), de referencia para el mercado americano, ha perdido hoy la totalidad de su valor. En su mínimo, ha llegado a entrar en valor negativo, hasta los -40 dólares por barril, un 318,93% menos que su valor de ayer. Jamás antes en la historia su precio se había hundido tan súbitamente y nunca había marcado un precio tan bajo desde que comenzó la serie histórica en 1983. Se trata de una jornada histórica.
La magnitud del desplome ha sido tal, que el mercado de Chicago, principal plaza de negociación de los contratos de futuros del West Texas, ha autorizado que el petróleo pueda cotizar en negativo, cosa que finalmente ha ocurrido. Aunque no está claro exactamente cómo funcionaría el comercio de petróleo en un escenario de precios negativos, en los mercados de gas natural de Estados Unidos (que han estado plagados de precios negativos debido a la escasez de espacio en los gaseoductos) los productores han llegado a pagar a otros para que se lleven su producto.
Por qué se desplomaron los precios del petróleo y qué significa.
La naturaleza del funcionamiento del mercado de petróleo está detrás del brusco descenso que está experimentando el West Texas. Los contratos de futuros de mayo expiran mañana y se han desplomado ante las reservas ya almacenadas y las perspectivas de que el frenazo en la demanda continúe limitando el consumo de crudo. No se espera más consumo, ya se tienen grandes cantidades de oro negro almacenadas y, por lo tanto, los precios se hunden ante la falta de interés.
De esta forma, al igual que en otros muchos aspectos de la economía, la evolución de la demanda jugará un papel clave en el futuro del precio del crudo. Las perspectivas no son prometedoras. Una vez que la actividad se reactive, sería ingenuo pensar que la economía rebotará a niveles normales.Muchos negocios, especialmente los pequeños y los medianos, quizás no sobrevivan al confinamiento ya que tienden a tener poco efectivo a mano y han seguido teniendo que afrontar costes fijos durante la cuarentena.
Mirando el camino a la recuperación y la duración de la debilidad en la demanda, se está asumiendo que en 2021 será cuando se vuelva a ver las cifras que den cierta normalidad. Además, en esta recuperación, todos los sectores no se recuperarán al mismo tiempo ni en la misma proporción. Se especula que los viajes, el entretenimiento y las ventas minoristas son los que más demanda permanente se destruirá y más tarde llegarán a la normalidad, si esta llega.
Este súbito frenazo en la demanda ha provocado una situación excepcional en el petróleo. Como se ha seguido produciendo y nadie lo ha comprado, ahora resulta que no hay espacio físico para depositar el petróleo. No tienen dónde almacenarlo. No se recuerda en la historia haber visto una situación similar en toda mi experiencia en los mercados.
¿Hemos llegado al almacenamiento máximo?
El volumen de petróleo almacenado en EE.UU., especialmente en Cushing, Oklahoma, el punto de entrega para el contrato de West Texas Intermediate (WTI), está aumentando ante la baja actividad de las empresas de refinería debido a esta caída de la demanda. Según datos de Bloomberg, las reservas de esta instalación clave se han disparado un 48% hasta 55 millones de barriles desde el final de febrero. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), este punto tenía a 30 de septiembre una capacidad de almacenamiento de 76 millones de barriles.
No se ha alcanzado la capacidad máxima, pero el temor es que se acerca. Según los expertos, una vez que se alcance la capacidad máxima, los productores tendrán que reducir la extracción de petróleo, y de ser así, se paraliza la industria.
¿Que ocurre con la OPEP+?
Los productores encabezados por la OPEP+ ya acordaron limitar el ritmo de extracción de crudo. La organización que agrupa a los principales productores de petróleo pactó limitar la extracción en 9,7 millones de barriles diarios, casi el 10% de la demanda mundial a finales de 2020. Mediante acuerdos de recortes voluntarios con otros productores ajenos al cartel y entre los miembros, en sus previsiones más optimistas, esperan dejar de producir hasta 20 millones de barriles a partir del 1 de mayo. El rebote ha durado dos días, la OPEP ya no es lo que era.
Pero incluso con estos recortes, el precio del petróleo se hunde y no parece tocar fondo, algo que puede provocar quiebras en petroleras de seguir así. Un petróleo por debajo de los 50 dólares por barril es perjudicial para la industria de petróleo de Estados Unidos y advierte de que habrá que seguir muy de cerca a las petroleras americanas. Con los precios actuales, podríamos ver nuevos anuncios de bancarrota debido al fuerte endeudamiento del sector.
Según Reuters, la demanda de gasolina ha caído un 30% en lo que llevamos de año, y las principales compañías productoras mundiales no pueden obtener beneficios con el precio del crudo por debajo de 30 USD. Además se alcanza un nuevo récord histórico en la cantidad de petróleo almacenado en barcos, doblando los niveles de hace tan solo dos semanas.
La semana pasada, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) calificó 2020 como «el peor año de la historia para el petróleo» y se refirió al presente mes como «abril negro», alertando, además, de que el exceso de oferta pondría a prueba la capacidad mundial de almacenar crudo, con el riesgo de que la saturación en algunos yacimientos obligue a parar la producción.
Mientras el West Texas se desangra, el crudo Brent, de referencia para Europa, se deja más de un 5% y cotiza en torno a los 26 dólares por barril ante el temor de que el exceso de producción sobrepase la capacidad de almacenamiento de petróleo.