Si el aleteo de una mariposa provoca un tsunami al otro lado del mundo, ¿qué puede provocar la detonación de una bomba cinco veces más fuerte que Hiroshima al otro lado del Pacífico?
El pasado fin de semana, Corea del Norte realizó una prueba nuclear en la que supuestamente logró detonar con éxito una bomba de hidrógeno. El ensayo lo realizó en la zona montañosa del noreste del país y fue brutal, muy potente, de entre 80 y 100 kilotones. La bomba que Estados Unidos lanzó en Hiroshima en 1945 fue de 15 kilotones.
El ensayo tuvo repercusiones más allá de las políticas. La montaña donde se realizó el test colapsó, y se teme que se hayan filtrado radiaciones nucleares a otras partes, según expertos chinos en armas nucleares. Todo es esperar un tiempo para que se puedan detectar. A su vez, es de esperar que las aguas subterráneas se contaminen, produciendo un efecto en cadena hacia plantas y animales y, finalmente, en los humanos que consuman alimentos contaminados.
Pero además, el estallido provocó de manera inmediata un sismo de magnitud 6.3 en la escala Ritcher y una duración de ocho segundos, según la Administración de Terremotos de China, que se sintió en el noreste del gigante asiático, sobre todo en la provincia de Jilin, así como en la ciudad rusa de Vladivostok, ambas en la frontera con Corea del Norte. Ocho minutos después se produjo un nuevo temblor con una magnitud de 4.6, posiblemente asociado al hundimiento subterráneo provocado por la primera explosión.
Ayer por la tarde, el gobierno de México anunció la expulsión del embajador de Corea del Norte ante las amenazas de su líder supremo, Kim-Jong un, a la comunidad internacional con sus pruebas de misiles balísticos y ahora nucleares. Con ello, México quería expresar “su absoluto rechazo” a la reciente actividad nuclear. A su vez, parece un guiño a Estados Unidos en plena renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) y un apoyo a aliados asiáticos como Japón y Corea del Sur.
Por la noche, a las 23:49 hora de México, se produjo un terremoto de magnitud 8.2, el más fuerte en la historia reciente de México (superior al devastador de 1985), que hasta las 13:00 ha producido 337 réplicas, uno de ellos de magnitud 6.2, cuyo número de víctimas mortales va en ascenso y que activó alertas de tsunami en las costas del Pacífico.
¿Tiene algo que ver el colosal test nuclear de Corea del Norte con el violento terremoto de México ayer por la noche? Si mucho sabe el hombre sobre el cielo y el universo, mucho es su desconocimiento sobre lo que sucede a unos pocos de kilómetros debajo de nuestros pies. El hombre puede viajar a la luna, pero sobre el terremoto de ayer: unas fuentes dicen que fue a 19 km de profundidad, otras a 33 km y otras a 58 km. Pronosticar un eclipse es sencillo, un terremoto parece imposible.
Lo que sí parece ser es que el sismo de ayer no fue consecuencia del roce de dos placas tectónicas, sino que se debió a la fractura interna de una placa. La víspera del terremoto, en la Ciudad de México se disparó la alerta sísmica por error pero, ¿fue realmente un error o detectó algo de esa fractura el sistema de la Ciudad?
México está ubicado en lo que se conoce el Cinturón de Fuego del Pacífico, un área con alta actividad sísmica. En esa área, según el Instituto Geofísico del Perú, se produce el 90% de todos los sismos del mundo y el 80% de los terremotos de mayor magnitud. En el lecho del océano Pacífico reposan varias placas tectónicas, y es su convergencia y su fricción lo que provoca la elevada actividad sísmica.
La cuestión es: ¿el terremoto de ayer en México fue mera casualidad o tiene relación con la poderosa explosión norcoreana y la fractura o reacomodo de las placas tectónicas? Habrá que preguntar a los sismólogos y expertos. Pero de ser así, otra razón para que sobre todo China, donde además de los sismos se puede ver afectada por las radiaciones, ponga un alto al loco de Kim-Jong un. ¡Y cuidado, porque mañana es el día de la Fundación y al régimen de Pyongyang le gusta esas grandes festividades para asombrar al mundo con nuevas pruebas militares! A ver qué pasa.