Esta vez no es que se pospusiera el voto en un esfuerzo más por lograr el apoyo necesario para pasarlo. Esta vez es que, directamente, retiró su proyecto de reforma sanitaria del Congreso. Ya no se votará, así que se queda el ”Obamacare”. Y además por un buen rato.
Así será si tomamos por ciertas las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y del líder de la Cámara de Presentantes, Paul Ryan. Trump dijo que no se presentará una nueva propuesta hasta que “el Obamacare explote!, y Ryan que “seguirán viviendo con el Obamacare por el futuro previsible”. Puede ser el último intento por lograr que los republicanos díscolos se adhieran a la propuesta presidencial. Pero si sostienen su palabra, querrá decir que retiran la actual propuesta, que su proyecto de ley está muerto, que queda en el limbo, y que ya no insistirán. Ahora pasarán a la segunda prioridad de su agenda legislativa, el proyecto de recorte de impuestos, un tema que posiblemente no esté listo al menos hasta el mes de agosto.
El asunto es un gran golpe a Trump, su primera crisis de su joven gobierno, su primer desencuentro con la realidad y con su propio partido, el republicano, dividido entre radicales y moderados. A su vez, es una gran derrota para Trump, el gran negociador, el ganador agresivo.
Pese a que lanzó su órdago pensando que sería suficiente para convencer a los republicanos díscolos, los miembros del Freedom Caucus, herederos del “Tea Party”, le dieron la espalda. Su apuesta era de todo o nada: uno, aprobar su proyecto de salud como se planteó inicialmente o, en caso contrario, quedarse con el “Obamacare” como está; y dos, no pasar de hoy, votarlo a como diera lugar. Los tiempos de negociación se habían cavado. Pues al final no logró el apoyo requerido y, antes de pasar la vergüenza de la derrota, el valentón de Trump, el bravucón, ser acobardó y prefirió retirar su propuesta y empezar a pensar en otras cosas. El “Obamacare”, el plan de salud de Obama que desde 2010 todos los republicanos repudian, se quedará.
Para entonces Wall Street ya estaba cerrando, y acabó mixto: el Nasdaq avanzó un 0.19% para cerrar en los 5,828.74 pts. Pero el Dow JOnoes bajó un 0.29% a 20,596.72 pts y el S&P’s 500 cedió un 0.08% hasta los 2,343.98 pts. Sin embargo, los que celebran la derrota de Trump son las acciones de las empresas hospitalarias: Community Health System voló casi un 10% hoy, Tenet Healthcare un7.4% y Quorum Health un 4.8%. También treparon las compañías de seguros como Centene Corp (+5.2%), que se centra en seguros para el Medicaid (el programa destinado a los individuos de bajos recursos).
La derrota de Trump levantará ampollas y deja al presidente debilitado, más si tenemos en cuenta que está siendo investigado por sus vínculos con Putin durante la campaña, que los vetos migratorios han sido obstaculizados por las tribunales y que su popularidad va a la baja. Veremos cómo sale de este trago, y las dudas que genera sobre su capacidad para sacar el resto de su agenda económica. La próxima etapa: el plan de recorte de impuestos y el muro con México.