por Joel Martínez
Del 23 de marzo al día de ayer, las bolsas vivieron una fiesta, a pesar de todos los miedos a la pandemia y sus secuelas recesivas en la economía: el índice Nasdaq ha subido +22.3%, el Dow Jones +24.4% y el S&P +26.4%.
¿Tiene argumentos sólidos este rally? ¿Es sólo lo que los técnicos llaman un pull back? o ¿es el inicio, con altibajos, de una recuperación sostenida de los precios de las acciones?
La verdad es que el mercado está apostando, con base en cuatro supuestos:
1.- El aplanamiento de la curva del covid-19 en máximo un mes en Estados Unidos y en varios países europeos.
2.- Así la apertura de las economías, aunque paulatinamente, empezaría relativamente pronto.
3.- Entonces, la recesión sería en forma de "V".
4.- Y el excelente trabajo de los bancos centrales y gobiernos de los países desarrollados que empujaron políticas monetarias y fiscales extremadamente laxas con anticipación oportuna, como dicen los economistas, ex ante.
La tesis del aplanamiento de la curva del covid-19 en Estados Unidos es una idea que promueve a diario el gobierno estadounidense con continuas declaraciones, sobre todo, por parte de Trump y del gobernador de Nueva York.
Los estados de New York y de New Jersey concentran casi el 50% del total de infectados de coronavirus de Estados Unidos.
Por eso los datos de la pandemia en Nueva York y las declaraciones de su gobernador, Andrew Cuomo, mueven los mercados financieros.
Los datos de covid-19 en estos dos estados son vitales para seguir a los mercados accionarios de ese país.
La importancia del aplanamiento es descongelar la economía y el comercio en el menor tiempo posible, porque los costos son muy altos.
De acuerdo con la OCDE, cada mes que Estados Unidos para su economía le cuesta 2 puntos anuales de su PIB, según su estudio "Evaluación del impacto inicial de las medidas de contención del COVID-19 en la actividad económica", publicado el 27 de marzo pasado.
La Reserva Federal señala que cada día de paro total de la economía estadounidense tiene un valor de 25 mil millones de dólares.
Por eso es importante que la recesión sea en forma de "V", como hasta ahorita todos creen, pero no en "U".
El FMI en su World Economic Outlook de abril, presentado el martes pasado, dejó implícita la idea de una recesión en "V", ya que pronostica que el PIB de Estados Unidos caerá -5.9% en el 2020, pero rebotará para crecer 4.7 en 2021.
Igual en la encuesta de The Wall Street Journal (WSJ) de abril, los consensos dibujan la "V" y de hecho ven una caída del PIB de -4.9% en 2020 y un repunte violento en 2021 de +5.1%.
De hecho, aquí es más evidente la "V" porque hay consensos de crecimiento del PIB visto desde variaciones trimestrales anualizadas: sólo dos trimestres son negativos.
En 2020 el primer y segundo trimestres caerían -3.3% y -25.3 respectivamente.
A partir de ahí habría fuertes incrementos: +6.2 y +6.6 en el tercero y cuarto trimestres de 2020, +7.2 en el primero de 2021, +5.3 en el segundo, +4.4 en el tercero y +3.7 en el cuarto trimestre.
El fundamento es que entre más pronto sea la apertura de la economía, menor será el costo y además habrá una recuperación rápida, gracias a las condiciones que han puesto la Fed y el Tesoro.
Las tasas de la Fed son prácticamente cero y el Quantative Easing (QE) es infinito, tanto que ahora el saldo es de 6 billones de dólares.
En las últimas cuatro semanas, la Reserva Federal ha inyectado 2 billones 323 mil millones de dólares, es decir el saldo ha tenido un 63% de crecimiento.
El gasto programado del tesoro para dar dinero a las familias, completar los seguros de desempleo, apoyar el gasto sanitario y rescatar empresas es de más de 2 billones de dólares, un 12% del PIB.
Ese es el rompecabezas.
Sólo que, al parecer, buena parte de estos supuestos ya están anticipados en el rally de las bolsas.
Se necesita que tanto el diagnóstico como las medidas anunciadas se acomoden con la realidad por venir.
Parece que ya estamos en el proceso de validación de la información y si se da alguna desviación, el mercado lo sancionará con ajustes.