por Dassaev Rodríguez Ramírez
Infosel, octubre. 10.- La Cámara de Diputados aprobó una reforma a los artículos 116 y 127 de la Constitución para que ningún funcionario público que labore en los órganos autónomos supere el salario del presidente Andrés Manuel López Obrador, una medida que respalda el pan de austeridad del mandatario.
Las reformas, que fueron aprobadas por los integrantes de la Cámara Baja con 318 votos a favor, 12 en contra y 99 abstenciones, buscan que los límites nominales a la remuneración que percibe el titular del poder ejecutivo sean respetados por todos los servidores públicos, incluidos aquellos que forman parte de los organismos constitucionalmente autónomos, como Banco de México y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, entre otros.
Los cambios constitucionales son además una respuesta a las controversias constitucionales que han presentado diversas instituciones autónomas ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación para intentar dar marcha atrás a la aplicación de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, que establece que ningún funcionario del gobierno podrá ganar más de los 108 mil pesos mensuales netos que cobra actualmente el presidente, un monto que el mismo López Obrador fijó al inicio de su mandato cuando recorto su salario en casi la mitad.
Los integrantes de los órganos autónomos han argumentado en sus controversias constitucionales, que aún están en proceso de resolución, que el recorte en sus salarios vulnera sus derechos humanos y podría ser visto como una medida de presión política hacia órganos técnicos y regulatorios que tienen autonomía constitucional.
En otra controversia sobre los montos máximos de los salarios de los servidores públicos el Máximo Tribunal instruyó a los legisladores a definir con mayor claridad y objetividad el salario que debe ganar el presidente, una decisión que podría terminar elevando el salario mensual del mandatario y con eso el del resto de los servidores públicos.
La reforma constitucional en materia de remuneraciones pasó asó al Senado, donde deberá ser ratificada para convertirse en ley. En el Senado el partido en el poder, Movimiento de Regeneración Nacional, y sus partidos aliados cuentan con una menor proporción para lograr una mayoría calificada, dos terceras partes de la votación, para aprobar ese cambio a la Constitución.