MADRID, 2 jul (Reuters) - A punto de cumplir 92 años y tras décadas de espera e incertidumbre, Ascensión Mendieta, hija de una víctima de la violencia política asesinada hace 80 años, enterró por fin a su padre el domingo en Madrid.
Cientos de personas acudieron a la ceremonia laica en memoria de Timoteo Mendieta, un sindicalista fusilado en los meses posteriores a la Guerra Civil española y enterrado en una fosa común de una cementerio de Guadalajara.
La búsqueda de los restos de Timoteo Mendieta suponen el primer ejemplo de exhumación de un cuerpo por orden de una jueza argentina en una causa abierta contra los crímenes cometidos durante la Guerra Civil entre 1936 y 1939 y la posterior dictadura del general Francisco Franco hasta su muerte en 1975.
"El significado es que se ha cerrado un ciclo, ha significado una lucha tremenda contra las estructuras del Estado español, que se ha comportado de una forma, yo diría, bastante cruel con las familias que tienen gente en fosas comunes", dijo tras el funeral Francisco Vargas Mendieta, nieto de Timoteo.
Ascensión Mendieta asistió a la ceremonia acompañada de sus tres hijos y sosteniendo un ramo de flores con los colores rojo, amarillo y morado de la bandera republicana española.
Se estima que en Guadalajara quedan 800 víctimas políticas enterradas en fosas comunes, según la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que lucha por el reconocimiento de las víctimas de la guerra y el franquismo.
Tras la exhumación en Guadalajara, unas 100 familias de víctimas que se cree podrían estar enterradas allí solicitaron ayuda para identificar los cuerpos. En 2000 comenzaron a exhumarse restos, pero aún se desconoce el paradero de muchas víctimas. La ARMH ha documentado 114.226 casos de hombres y mujeres enterrados en fosas comunes en España.
Ascensión Mendieta - que tenía 13 años cuando abrió la puerta a los hombres que se llevarían a su padre - ha dicho en repetidas ocasiones que espera que el caso de Timoteo sirva para poner de relieve el enorme número de víctimas no identificadas.
Francisco Vargas Mendieta dice que la experiencia ha dejado muchas cicatrices emocionales en su madre y muchas personas con casos similares, y que los activistas continuarían trabajando para identificar a los muertos. "Mi madre ha estado siempre con esta herida, con esta herida abierta que fue ella la que abrió la puerta a los asesinos", relató.
Los historiadores estiman que unos 500.000 combatientes y civiles murieron en la guerra. Tras el fin del conflicto armado, decenas de miles de enemigos de Franco fueron asesinados o encarcelados en un intento de erradicar cualquier forma de pensamiento disidente.
Con el objetivo de facilitar la reconciliación y la transición hacia la democracia, España introdujo en 1977 una amnistía que perdonaba los crímenes políticos del pasado. (Reporte de Juan Medina, escrito por Sam Edwards. Editado por Javier Leira)