SANTIAGO, 23 oct (Reuters) - Organizaciones sindicales, estudiantes y trabajadores de la salud lideraban una convocatoria a huelga general para el miércoles en Chile, en la jornada siguiente a que el presidente Sebastián Piñera anunciara una batería de medidas para frenar una ola de protestas que ya deja 15 muertos.
Los trabajadores de la minera estatal Codelco, la mayor productora mundial de cobre, anunciaron el martes por la noche que también se unirían a la huelga el miércoles. Chile es el principal productor global del metal rojo.
A pesar del anuncio, la mina Chuquicamata de Codelco estaba operando normalmente temprano el miércoles según documentos internos a los que tuvo acceso Reuters. La división Ventanas estaba con cuadrillas mínimas para operar.
"¡La huelga va"!, proclamó en sus redes sociales la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), pidiendo a los trabajadores que comiencen a reunirse a media mañana en las ciudades del país para un "cacerolazo" pacífico.
"Invitamos a todos a unirse. Queremos una paz, pero efectiva, que contenga justicia social, con debates de fondo", dijo la presidenta de la central sindical, Bárbara Figueroa.
Piñera anunció en la noche del martes un conjunto de medidas como aumentar pensiones, mejorar la atención en salud y aplicar impuestos a quienes más ganan, pidiendo "perdón" por la falta de visión de los gobernantes en atender la desigualdad que cruza a una de las economías más estables de Latinoamérica. que en los últimos días sostuvo varias reuniones con partidos políticos y representantes de las instituciones del Estado, reconoció que la agenda de medidas sociales "no solucionará todos los problemas que aquejan a los chilenos, pero será un aporte necesario y significativo".
Parte de las medidas tendrán que pasar por el Congreso y otras podrán ser implementadas directamente.
"Los anuncios de Piñera son cosméticos, no terminará con las protestas sociales, porque no pone fin a los problemas estructurales que causan los abusos", dijo el diputado comunista y presidente de la Comisión de Hacienda, Daniel Núñez.
Piñera dijo además que se mantendrá el estado de emergencia que rige desde la madrugada del sábado en Santiago, que dejó a los militares el control del orden público. El control militar se extendió posteriormente a gran parte del país.
Los anuncios del presidente tuvieron lugar tras un tumultuoso inicio de semana para Piñera, que fue ampliamente criticado por decir que Chile estaba "en guerra" contra los manifestantes violentos, porque también había miles de personas que condujeron protestas pacíficas exigiendo mejores salarios o más acceso a salud y educación públicas de calidad.
Pese a los llamados a huelga y a continuar las movilizaciones, la capital chilena y muchas otras ciudades en el país intentaban retomar sus rutina. En Santiago, aumentaron a tres las líneas parcialmente operativas del metro y en las calles era posible observar rastros de las protestas, con fuerte olor a gas lacrimógeno y restos de basura quemada.
Las protestas comenzaron tras un alza en el precio del transporte. Sin embargo se ampliaron a nuevas demandas con marchas y luego con saqueos masivos y violencia, que no logró ser contenida del todo por el toque de queda y la fuerza militar recorriendo las calles en vehículos blindados.
Al menos 15 personas han muerto en las protestas y hasta el martes había más de 5.400 detenidos, según la Fiscalía, que anunció además que investigará denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de agentes de seguridad.
En Roma, el Papa Francisco dijo que seguía "con preocupación" la situación en Chile.
"Espero que al finalizar las manifestaciones violentas, a través del diálogo, se realicen esfuerzos para encontrar soluciones a la crisis y hacer frente a las dificultades que la han causado, por el bien de toda la población", señaló.
Piñera pide "perdón" y anuncia medidas sociales para contener protestas en Chile
(Reporte de Natalia Ramos, Fabián Cambero y Dave Sherwood, editado por Gabriela Donoso)