(Actualiza con citas del superintendente de precios y compradores)
Por Alexandra Ulmer
CARACAS, 6 ene (Reuters) - Bajo el resguardo de las fuerzas de seguridad, una multitud de venezolanos se congregó el sábado en las afueras de algunos supermercados de Caracas, horas después de que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro ordenó a sus dueños bajar los precios en medio de la mayor crisis de alimentos en el país.
La medida obligó a más de 200 supermercados a reducir los precios a los niveles de hace un mes a pesar de la hiperinflación que azota a la nación petrolera.
En un local ubicado en una exclusiva zona del este de Caracas, cientos de personas, incluidos bebés, jubilados y niños con discapacidad, hicieron filas antes del amanecer, en horas en las que reinó el caos.
"¡Tenemos hambre! ¡Queremos comida!", gritaban en coro, mientras golpeaban las puertas de un importante supermercado del el este de Caracas que estuvo cerrado durante horas.
El mandatario venezolano decretó un alza del salario mínimo, aunque a la tasa del mercado paralelo representa sólo dos dólares por mes. La moneda venezolana, el bolívar, se ha debilitado alrededor de un 98 por ciento frente al dólar en el último año.
Los precios de los alimentos básicos aumentan casi a diario en un país donde ya muchos tasan en dólares su mercancía pese a que la población no tiene forma de comprar divisas debido al férreo control de cambio que mantiene el Gobierno. una inflación, que según una medición del Congreso controlado por la oposición llegó a cuatro dígitos en 2017, las filas en los supermercados habían disminuido por lo costoso que resultaban el arroz, la harina de maíz, de trigo o los huevos.
El presidente Maduro, electo por un estrecho margen en el 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, culpa a la oposición, Estados Unidos y a los empresarios de librar una denominada "guerra económica" contra su Gobierno.
Los críticos, en cambio, afirman que la crisis se debe a estrictos controles de divisas y de precios que están vigentes desde hace más de una década, y a una política económica mal planificada.
La estatal Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) ordenó a 214 supermercados que pertenecen a 26 cadenas bajar los precios, informó el sábado el diario local Ultimas Noticias.
Varios venezolanos en las afueras del supermercado del este de la capital dijeron que las decisiones de Maduro son un desastre. Pero aún planeaban aprovechar la rebaja de los precios y conseguir alimentos para sus familias.
"Mala política. Pero tenemos que comer", dijo bajo un sol abrasador Edgar Romero, un percusionista de 45 años que apoyó a Chávez, pero que está decepcionado con Maduro.
Los efectivos de la Guardia Nacional llegaron más tarde al establecimiento y ordenaron las filas bajo la amenaza de no dejarlos entrar si persistía el desorden. Finalmente la multitud ingresó en pequeños grupos justo antes del mediodía, pero la gente salió rápidamente decepcionada pues sólo hubo descuentos en las galletas y jabón líquido de lavar ropa.
"Con esto no sustento a mis niños", dijo Jesús Gudiño, de 29 años y padre de tres, señalando una pequeña bolsa plástica en su mano. "Estoy acá desde las 4 de la mañana. Esto es una burla", agregó. (Reporte adicional de Andreina Aponte. Escrito por Deisy Buitrago. Editado por Rodrigo Charme)