por Ricardo Garduño Pacheco
Infosel, diciembre. 30.- El gobierno federal dijo que el Banco de México ya trabaja en su propia moneda virtual con miras a ponerla en circulación en 2024, una tendencia que algunos países ya aplican y muchos otros proyectan al suponer ventajas y un posible freno a otras divisas virtuales que son poco estables y no cuentan con el respaldo de banco central alguno.
La institución autónoma encargada de dictar la política monetaria de México fue quien lo informó, de acuerdo con un tuit desde la cuenta verificada del Gobierno de México en el que resaltó que es importante con miras a incrementar la inclusión financiera.
Banco de México "informa que hacia 2024 tendrá una moneda digital propia en circulación, por considerar de suma importancia estas nuevas tecnologías y la infraestructura de pagos de última generación como opciones de gran valor para avanzar en la inclusión financiera en el país", escribió el gobierno, en redes sociales.
Banco de México no ha emitido ningún tipo de comunicación relacionado con el tuit de la federación, lo que alimentó algunas críticas relacionadas con la llegada de Victoria Rodríguez Ceja como gobernadora de Banco de México a partir de enero y lo que algunos ven como un intento del gobierno del presidente López Obrador para incidir en una institución autónoma.
En la conferencia diaria del presidente que ofreció este jueves, la aún subsecretaria de Egresos estuvo presente y López Obrador reiteró que respetará la autonomía del banco central, no obstante, agregó que le gustaría que además de controlar la inflación, le gustaría que el organismo tuviera entre sus metas el apoyo al crecimiento de la economía.
La publicación de gobierno no es una revelación en sí.
Cuando Victoria Rodríguez compareció ante los senadores que conforman la comisión de Hacienda dijo que incluso antes de su llegada el banco central ya había abordado el análisis para implementar las monedas digitales.
"Nuestro banco central de igual manera que muchos bancos centrales se encuentra analizando esta última posibilidad considerando una arquitectura que permita ampliar los servicios y funcionalidades que hoy tiene el dinero físico", dijo Rodríguez en ese entonces.
La afirmación del gobierno también parecen fundamentadas en las declaraciones del subgobernador Jonathan Heath, durante una conferencia organizada por S&P Dow Jones Indices, y reportada por EL CEO, sobre todo en lo relacionado con los tiempos.
"Estamos trabajando en un proyecto, hasta tenemos un timeline donde pensamos que quizá para finales de 2024 a más tardar ya la deberíamos tener operando perfectamente bien", dijo Heath, de acuerdo con el reporte.
Si bien las monedas digitales pueden ayudar a que México eleve sus bajos niveles de bancarización y con ello facilitar el acceso a recursos --como puede suceder con la dispersión de programas sociales--, una de las ventajas que muchos países observan en la emisión de monedas digitales respaldadas por los bancos centrales es impedir el avance que registran otras monedas digitales como el bitcoin o etherum, que carecen de respaldo y son volátiles.
La mancomunidad europea o China --uno de los países que más ha hecho explícito su rechazo a las criptomonedas-- y otras economías también analizan sus propias monedas digitales que en lo único que se parecerían a bitcoin, dogcoin y otras similares es en el uso de la tecnología de encriptado propia del blockchain.
El espíritu de contar con monedas digitales centralizadas conllevaría mayor transparencia y un seguimiento de la información que se dificulta con las criptomonedas actuales y que para algunos es tierra fértil para blanquear capitales.
Otra de las diferencias de una moneda digital es que la emisión de las monedas digitales centralizadas por instituciones como el Banco de México es que no existe un límite de emisión como sucede con el bitcoin.
Claro que el dinero digital también tiene diferencias con el dinero que se encuentra en cuentas de bancos comerciales y que se usa para transacciones electrónicas.
De acuerdo con el Banco Internacional de Pagos, una institución multilateral que fomenta la cooperación monetaria y financiera internacional y actúa como banco para los bancos centrales, las monedas digitales emitidas por bancos centrales, o CBDC, por sus siglas en inglés, el dinero digital que pretenden implementar bancos centrales como el mexicano ofrece opciones de diseño múltiples.
Las CBDC pueden modular su acceso entre universal y restringido, variar el grado de anonimato o la disponibilidad operacional e incluso la capacidad de activar la generación de intereses desde la institución central.
"Toda medida encaminada a un posible lanzamiento de CBDC ha de ser objeto de una consideración cuidadosa y exhaustiva, y sus posibles efectos sobre las tasas de interés, la estructura de intermediación, la estabilidad financiera y la supervisión financiera deben continuar investigándose", dijo el BID en un estudio de las monedas digitales publicado en marzo de 2018. "Las repercusiones para la evolución de los tipos de cambio y los precios de otros activos siguen sin conocerse en gran medida y también merecen un análisis más detallado".
Infosel, diciembre. 30.- El gobierno federal dijo que el Banco de México ya trabaja en su propia moneda virtual con miras a ponerla en circulación en 2024, una tendencia que algunos países ya aplican y muchos otros proyectan al suponer ventajas y un posible freno a otras divisas virtuales que son poco estables y no cuentan con el respaldo de banco central alguno.
La institución autónoma encargada de dictar la política monetaria de México fue quien lo informó, de acuerdo con un tuit desde la cuenta verificada del Gobierno de México en el que resaltó que es importante con miras a incrementar la inclusión financiera.
Banco de México "informa que hacia 2024 tendrá una moneda digital propia en circulación, por considerar de suma importancia estas nuevas tecnologías y la infraestructura de pagos de última generación como opciones de gran valor para avanzar en la inclusión financiera en el país", escribió el gobierno, en redes sociales.
Banco de México no ha emitido ningún tipo de comunicación relacionado con el tuit de la federación, lo que alimentó algunas críticas relacionadas con la llegada de Victoria Rodríguez Ceja como gobernadora de Banco de México a partir de enero y lo que algunos ven como un intento del gobierno del presidente López Obrador para incidir en una institución autónoma.
En la conferencia diaria del presidente que ofreció este jueves, la aún subsecretaria de Egresos estuvo presente y López Obrador reiteró que respetará la autonomía del banco central, no obstante, agregó que le gustaría que además de controlar la inflación, le gustaría que el organismo tuviera entre sus metas el apoyo al crecimiento de la economía.
La publicación de gobierno no es una revelación en sí.
Cuando Victoria Rodríguez compareció ante los senadores que conforman la comisión de Hacienda dijo que incluso antes de su llegada el banco central ya había abordado el análisis para implementar las monedas digitales.
"Nuestro banco central de igual manera que muchos bancos centrales se encuentra analizando esta última posibilidad considerando una arquitectura que permita ampliar los servicios y funcionalidades que hoy tiene el dinero físico", dijo Rodríguez en ese entonces.
La afirmación del gobierno también parecen fundamentadas en las declaraciones del subgobernador Jonathan Heath, durante una conferencia organizada por S&P Dow Jones Indices, y reportada por EL CEO, sobre todo en lo relacionado con los tiempos.
"Estamos trabajando en un proyecto, hasta tenemos un timeline donde pensamos que quizá para finales de 2024 a más tardar ya la deberíamos tener operando perfectamente bien", dijo Heath, de acuerdo con el reporte.
Si bien las monedas digitales pueden ayudar a que México eleve sus bajos niveles de bancarización y con ello facilitar el acceso a recursos --como puede suceder con la dispersión de programas sociales--, una de las ventajas que muchos países observan en la emisión de monedas digitales respaldadas por los bancos centrales es impedir el avance que registran otras monedas digitales como el bitcoin o etherum, que carecen de respaldo y son volátiles.
La mancomunidad europea o China --uno de los países que más ha hecho explícito su rechazo a las criptomonedas-- y otras economías también analizan sus propias monedas digitales que en lo único que se parecerían a bitcoin, dogcoin y otras similares es en el uso de la tecnología de encriptado propia del blockchain.
El espíritu de contar con monedas digitales centralizadas conllevaría mayor transparencia y un seguimiento de la información que se dificulta con las criptomonedas actuales y que para algunos es tierra fértil para blanquear capitales.
Otra de las diferencias de una moneda digital es que la emisión de las monedas digitales centralizadas por instituciones como el Banco de México es que no existe un límite de emisión como sucede con el bitcoin.
Claro que el dinero digital también tiene diferencias con el dinero que se encuentra en cuentas de bancos comerciales y que se usa para transacciones electrónicas.
De acuerdo con el Banco Internacional de Pagos, una institución multilateral que fomenta la cooperación monetaria y financiera internacional y actúa como banco para los bancos centrales, las monedas digitales emitidas por bancos centrales, o CBDC, por sus siglas en inglés, el dinero digital que pretenden implementar bancos centrales como el mexicano ofrece opciones de diseño múltiples.
Las CBDC pueden modular su acceso entre universal y restringido, variar el grado de anonimato o la disponibilidad operacional e incluso la capacidad de activar la generación de intereses desde la institución central.
"Toda medida encaminada a un posible lanzamiento de CBDC ha de ser objeto de una consideración cuidadosa y exhaustiva, y sus posibles efectos sobre las tasas de interés, la estructura de intermediación, la estabilidad financiera y la supervisión financiera deben continuar investigándose", dijo el BID en un estudio de las monedas digitales publicado en marzo de 2018. "Las repercusiones para la evolución de los tipos de cambio y los precios de otros activos siguen sin conocerse en gran medida y también merecen un análisis más detallado".