Por Enrique Andres Pretel y Gustavo Palencia
SAN JOSÉ/TEGUCIGALPA, 13 ene (Reuters) - Autoridades de Centroamérica aplaudieron el viernes el fin de la política de "pies mojados, pies secos" en Estados Unidos, a la que culparon por la oleada de migrantes cubanos del año pasado que hizo colapsar la región, sumiéndola en su peor crisis humanitaria y diplomática en años.
El presidente estadounidense, Barack Obama, puso fin el jueves a las preferencias que durante años dieron a los cubanos un estatus privilegiado entre los cientos de miles de inmigrantes que tratan de entrar ilegalmente al país, muchos de ellos centroamericanos.
El Gobierno costarricense expresó en un comunicado su "satisfacción" por la medida, que podría evitar una crisis como la del año pasado, cuando miles de cubanos quedaron varados en las fronteras de Costa Rica y Panamá después de que Nicaragua cerrara el paso a los irregulares desde noviembre de 2015.
"Sin duda, esta decisión plasma la aspiración de países como Costa Rica que veían en esta ley un instrumento jurídico perverso que había promovido el tráfico de personas y generado numerosas dificultades para nuestros países", dijo a periodistas el canciller Manuel González.
Entre enero y mayo de 2016, casi 10.000 cubanos fueron sacados en varios vuelos de Costa Rica y Panamá hacia la frontera de México con Estados Unidos.
Desde entonces, el flujo migratorio se ha reducido considerablemente después de que los países afectados, incluyendo Ecuador y Colombia, endurecieran los requisitos para el tránsito de los cubanos por sus países.
El tránsito por Honduras bajó de 18,652 cubanos en 2015 a unos 6,605 el año pasado. En lo que va del 2017, se han reportado unos 325 ingresos, según datos oficiales.
"Con esa decisión de Estados Unidos nosotros esperaríamos que disminuya la presión y la presencia de cubanos transitando por la región", dijo a Reuters el portavoz del Instituto Nacional de Migración de Honduras, René Gómez.
El auge de los cubanos por la vía centroamericana hacia Estados Unidos comenzó en diciembre de 2014, precisamente por temor a que el deshielo de relaciones entre Washington y La Habana acabara con sus preferencias migratorias.
LA ESPERANZA TRUMP
Pero mientras decenas de miles de haitianos, africanos y centroamericanos deben recurrir a traficantes de personas para atravesar la frontera de México con Estados Unidos, los cubanos podían ingresar al país y conseguir fácilmente la residencia.
"Es una decisión soberana del Gobierno de los Estados Unidos pero creemos que no puede haber migrantes de diferentes categorías", dijo el canciller salvadoreño, Hugo Martínez, a periodistas el jueves.
"Esta disposición ejecutiva lo que hace es poner a los migrantes cubanos en el mismo nivel que los demás migrantes de la región centroamericana y del Caribe", agregó.
Cientos de cubanos que iniciaron el peligroso viaje antes de conocer la medida siguen desperdigados por varios puntos de Centroamérica. Ahora, su mayor esperanza es que el presidente electo de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, revierta la medida cuando asuma el cargo la próxima semana.
En Panamá hay al menos 200 cubanos en varias partes del país, mientras que en Costa Rica 13 cubanos fueron detenidos este mes tratando de atravesar ilegalmente el país con ayuda de coyotes. En Honduras, las autoridades extendieron un salvoconducto a unos 75 cubanos en Choluteca, en el sur del país, para poder llegar a El Salvador y de ahí a México.
"Yo estoy decidido a llegar a Estados Unidos. Voy a ir hacia México y esperar ahí que Trump llegue al poder. Yo tengo fe que Trump cambie esa decisión de Obama", dijo por teléfono el chef Juan Carlos Rodríguez, un cubano de 29 años que viaja en ese grupo. "Hay que tener fe, rezar y esperar", concluyó. (Reporte adicional de Nelson Rentería en San Salvador y Élida Moreno en Ciudad de Panamá, editado por Javier Leira)