Martí Quintana
México, 1 mar (.).- El Banco de México (Banxico) redujo hoy su previsión de crecimiento económico para este año en 0,2 puntos porcentuales hasta un rango de entre 1,3 % y 2,3 %, debido a la incertidumbre generada por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
"Estamos pasando de un rango de 1,5 % a 2,5 % que teníamos en el informe anterior (del 23 de noviembre) a uno de entre 1,3 % a 2,3 %, y en 2018 se revisa de entre 2,2 % a 3,2 % a entre 1,7 y 2,7 %", señaló el gobernador del banco, Agustín Carstens, al presentar el informe correspondiente a octubre-diciembre de 2016.
Impulsado por las actividades primarias y terciarias, el producto interior bruto de México (PIB) aumentó en 2016 un 2,3 % respecto al año anterior, por lo que, según Banxico, el crecimiento de 2017 sería, en el mejor de los casos, igual al del año anterior.
El instituto central se colocó así en la línea de analistas e instituciones bancarias, que sitúan el alza del PIB para este año entre el 1 % y el 2 %.
La primera entidad financiera de México, BBVA (MC:BBVA) Bancomer, considera que la economía crecerá un débil 1 % este año, Banorte (MX:GFNORTEO) un 1,1 % y Banco Base un 1,8 %, unos pronósticos que contemplan los efectos en la economía mexicana de las políticas de Trump.
La relación entre México y Estados Unidos, principal socio comercial del país latinoamericanos, vive un tenso momento por la llegada al poder de Trump, quien ha endurecido los controles migratorios, ordenado construir un muro a lo largo de la frontera común y renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) porque dice que perjudica el empleo y la industria de su nación.
Carstens atribuyó hoy la decisión de rebajar el pronóstico por "la incertidumbre creada alrededor del desempeño de la economía mexicana por la relación bilateral con Estados Unidos".
Además, señaló "la necesidad de consolidar las finanzas públicas".
En su explicación, Carstens hizo hincapié en la inflación que el instituto emisor prevé para 2017 en México, que se situará por encima del 5 %, superior a la meta del 3 % de la institución.
El marcado aumento de los precios al consumidor para este año lo relacionó con la subida de los combustibles de entre 14 % y 20 % en enero pasado, que llevó la inflación hasta el 4,72 % a tasa anual en el primer mes del año.
El gobernador del banco central recordó que el ajuste de los energéticos ha tenido "un impacto significativo", pero será útil porque "quita vulnerabilidades a las finanzas públicas".
Esto es "particularmente significativo en un entorno en el que habrá menos liquidez en mercados financieros internacionales" y permitirá desarrollar el débil sector de distribución de gasolinas, explicó.
Asimismo, consideró que el alza en la tasa de interés interbancaria -el 9 de febrero Banxico la subió en 50 puntos base hasta situarla en 6,25 %- ayudará a anclar las expectativas de inflación en el mediano plazo.
Para 2018, el Banco de México prevé que la inflación se coloque por debajo del 4 %, y a más largo plazo espera que bajen a entre 3 % y 3,5 %.
Sobre el tipo de cambio, que actualmente ronda los 20 pesos por dólar pero llegó a rozar las 22 unidades por cada divisa estadounidense a finales de enero, celebró la instauración de coberturas cambiarias por un monto de hasta 20.000 millones de dólares.
Dijo que hay "mucho entusiasmo" y "mucho apetito" en torno a este instrumento, anunciado la semana pasada y que dio certeza al mercado apreciando la moneda nacional, se ofrecerá a bancos comerciales mexicanos para que sean ellos quienes actúen de intermediarios con los distintos agentes económicos.
Carstens también dio detalles, aunque pocos, de la reunión con el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, a inicios de esta semana.
Señaló que fue "constructiva" y "relativamente corta", y en ella aprovechó para comentarle los "diferentes eventos" acontecidos el mercado financiero y en la economía mexicana.
Por último, Carstens bromeó acera de no poder tomar vacaciones al quedarse al mando de Banxico hasta noviembre próximo, luego de que a mediados de febrero y a petición del presidente Enrique Peña Nieto aplazara asumir la gerencia del Banco de Pagos Internacionales (BIS, en inglés), prevista inicialmente para el 1 de julio.
"México está pasando por algunos periodos que presentan retos y el presidente pensó que mi experiencia, junto con la de mis compañeros de la Junta, nos podrían permitir tomar las medidas pertinentes, por lo que yo acepté", concluyó.