Infosel, junio. 15.- El presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, sigue enfrascado en una polémica por las acusaciones de injerencia del gobierno ruso y su aparente cercanía con algunos miembros del equipo de la Casa Blanca.
Ahora Robert Mueller, el fiscal especial que fue nombrado para conducir una investigación independiente sobre las intervenciones rusas en las elecciones estadounidenses del pasado noviembre, aparentemente está investigando a Trump, de 71 años, por posible obstrucción de justicia, reportó el diario The Washington Post.
De acuerdo con fuentes cercanas al fiscal, citadas por ese diario, la investigación inició solo días después que el presidente destituyera a James Comey como director del Federal Bureau of Investigation, o FBI, el brazo de investigaciones del Departamento de Justicia estadounidense.
Este reporte confirma varias cosas que dijo Comey en su comparecencia de la semana pasada ante el comité de inteligencia del Senado, donde afirmó que durante su periodo al frente de FBI no se investigaba al presidente pero sí recibió presiones de Trump sobre esta indagatoria.
"La investigación de obstrucción de justicia del presidente empezó solo días después de que Comey fuera despedido el 9 de mayo, de acuerdo con gente familiarizada con el tema", reportó The Washignton Post. "La oficina de Mueller ha tomado esa tarea y entrevistas preliminares ya programadas con oficiales de inteligencia señalan la búsqueda activa de ese equipo de testigos potenciales dentro y fuera del gobierno".
Cierto que la investigación no define el grado de participación, o si es que lo hubo, del presidente Trump y su equipo en el esfuerzo ruso de alterar las elecciones de ese país en que el empresario convertido en político obtuvo la victoria, pero sí aumenta la especulación respecto a que la Casa Blanca ha puesto obstáculos al desarrollo de esa investigación.
Trump, por su parte, desestimó la historia argumentando que es falsa, como su supuesta colusión con los rusos, y aún más lejos que considera una de las mayores persecuciones políticas en la historia de su país.
"Inventaron una historia falsa de la colusión con los rusos, no encontraron pruebas, así que ahora van por la historia falsa de la obstrucción de justicia. Genial", escribió Trump, a través de su cuenta personal en la red social Twitter, que generalmente usa como canal de comunicación ante el enfrentamiento que mantiene con los medios tradicionales. "Están siendo testigos de la más grande cacería de brujas en la historia política de estadounidenses- dirigida por gente muy mala y conflictuada".
Los reportes de una potencial investigación llegan apenas un par de días después que la prensa estadounidense reportara que Trump intentaría despedir a Mueller, algo que ocasionaría un escándalo mayor.
Muchos incluso señalan la similitud en que actualmente se encuentra Trump con la que vivió el expresidente Richard Nixon, en el escándalo que le costó la presidencia de Estados Unidos conocido como Watergate, en la década de los 70.
En ese entonces, uno de los puntos críticos para desencadenar la salida de Nixon, que no fue destituido porque renunció antes, fue el despido del fiscal independiente nombrado para investigarlo, Elliot L. Richardson, en 1973.
"Un amigo de toda la vida del presidente dijo este lunes que Trump consideraba despedir a Robert Muelller", reportó el diario estadounidense The New York Times. "Despedir a Mueller sería un movimiento político explosivo que levantaría más preguntas sobre Trump, cuyo abrupto despido de Comey generaron acusaciones de obstrucción de justicia y llevaron al nombramiento de Mueller".
Ahora Robert Mueller, el fiscal especial que fue nombrado para conducir una investigación independiente sobre las intervenciones rusas en las elecciones estadounidenses del pasado noviembre, aparentemente está investigando a Trump, de 71 años, por posible obstrucción de justicia, reportó el diario The Washington Post.
De acuerdo con fuentes cercanas al fiscal, citadas por ese diario, la investigación inició solo días después que el presidente destituyera a James Comey como director del Federal Bureau of Investigation, o FBI, el brazo de investigaciones del Departamento de Justicia estadounidense.
Este reporte confirma varias cosas que dijo Comey en su comparecencia de la semana pasada ante el comité de inteligencia del Senado, donde afirmó que durante su periodo al frente de FBI no se investigaba al presidente pero sí recibió presiones de Trump sobre esta indagatoria.
"La investigación de obstrucción de justicia del presidente empezó solo días después de que Comey fuera despedido el 9 de mayo, de acuerdo con gente familiarizada con el tema", reportó The Washignton Post. "La oficina de Mueller ha tomado esa tarea y entrevistas preliminares ya programadas con oficiales de inteligencia señalan la búsqueda activa de ese equipo de testigos potenciales dentro y fuera del gobierno".
Cierto que la investigación no define el grado de participación, o si es que lo hubo, del presidente Trump y su equipo en el esfuerzo ruso de alterar las elecciones de ese país en que el empresario convertido en político obtuvo la victoria, pero sí aumenta la especulación respecto a que la Casa Blanca ha puesto obstáculos al desarrollo de esa investigación.
Trump, por su parte, desestimó la historia argumentando que es falsa, como su supuesta colusión con los rusos, y aún más lejos que considera una de las mayores persecuciones políticas en la historia de su país.
"Inventaron una historia falsa de la colusión con los rusos, no encontraron pruebas, así que ahora van por la historia falsa de la obstrucción de justicia. Genial", escribió Trump, a través de su cuenta personal en la red social Twitter, que generalmente usa como canal de comunicación ante el enfrentamiento que mantiene con los medios tradicionales. "Están siendo testigos de la más grande cacería de brujas en la historia política de estadounidenses- dirigida por gente muy mala y conflictuada".
Los reportes de una potencial investigación llegan apenas un par de días después que la prensa estadounidense reportara que Trump intentaría despedir a Mueller, algo que ocasionaría un escándalo mayor.
Muchos incluso señalan la similitud en que actualmente se encuentra Trump con la que vivió el expresidente Richard Nixon, en el escándalo que le costó la presidencia de Estados Unidos conocido como Watergate, en la década de los 70.
En ese entonces, uno de los puntos críticos para desencadenar la salida de Nixon, que no fue destituido porque renunció antes, fue el despido del fiscal independiente nombrado para investigarlo, Elliot L. Richardson, en 1973.
"Un amigo de toda la vida del presidente dijo este lunes que Trump consideraba despedir a Robert Muelller", reportó el diario estadounidense The New York Times. "Despedir a Mueller sería un movimiento político explosivo que levantaría más preguntas sobre Trump, cuyo abrupto despido de Comey generaron acusaciones de obstrucción de justicia y llevaron al nombramiento de Mueller".