(El autor es columnista de Breakingviews. Las opiniones expresadas son personales)
Por Peter Thal Larsen
LONDRES, 4 ago (Reuters) - Neymar da Silva Santos Junior logró varios hitos esta semana. El delantero brasileño se convirtió en el futbolista más caro del mundo con su traspaso por 222 millones de euros (263 millones de dólares) del Barcelona al Paris Saint-Germain.
También entró en los rankings de fusiones y adquisiciones. Su venta está entre las 30 operaciones más grandes sobre un activo brasileño por parte de un comprador francés, según datos de Thomson Reuters. Ambas hazañas son un signo de que las fusiones y adquisiciones en el mundo del fútbol han llegado a cotas no vistas.
El acuerdo desafía el análisis financiero convencional. Valora al jugador de 25 años casi cuatro veces más de lo que el club español dijo que pagó por él hace cuatro años. En ese momento, la cláusula de rescisión se consideraba tan alta que ningún comprador podría pagarla.
Neymar además cobra un salario de alrededor de 30 millones de euros al año, según Sky News. Eso lleva el costo total a casi 75 millones de euros para cada uno de los cinco años de su contrato.
Como en la mayoría de las transacciones, el club francés puede conseguir algunas sinergias. Alinear a uno de los jugadores más famosos del mundo impulsará la venta de camisetas y la mercadotecnia del club, lo que le permitirá además pedir más dinero a los patrocinadores. Los precios de las entradas pueden subir y si Neymar hace ganar a su equipo, el club logrará más dinero en premios y derechos de televisión.
Aun así, el PSG y sus propietarios de Qatar tendrán que hacer algunas valientes suposiciones. El PSG obtuvo ingresos de 515 millones de euros en la temporada 2015-16, según Deloitte. Supongamos que la mitad de cualquier crecimiento de los ingresos gracias a Neymar vayan directamente a sus resultados. El club necesitaría aumentar los ingresos en casi 150 millones de euros, un 30 por ciento, para justificar el desembolso, más de tres veces la última tasa de crecimiento.
Esto parece tirar mucho de la cuerda. El acuerdo también puede infringir las reglas de la UEFA que obligan a los clubes a vivir dentro de sus posibilidades, lo que puede forzar al Paris Saint-German a pensar en vender activos no estratégicos -en este caso jugadores- para generar dinero en efectivo.
Para Qatar, el costo de contratar a Neymar es trivial en comparación con los miles de millones que está gastando para organizar la Copa del Mundo de fútbol en 2022.
Mientras el deporte siga atrayendo a compradores irracionales, sus propósitos serán los verdaderos ganadores. (Editado en español por Andrés González y Rodrigo Charme)