Por Luc Cohen
BUENOS AIRES, 2 jul (Reuters) - Argentina dejará que las firmas de combustible fijen libremente sus precios de venta desde agosto, según un funcionario del Ministerio de Energía familiarizado con el plan, lo que podría alentar inversiones en áreas de crudo pero con el riesgo de impulsar la ya alta inflación y de enfurecer a los consumidores.
Además, la cartera energética -cuya conducción cambió hace dos semanas- está trabajando para establecer un proceso de subastas para el mercado de gas natural ya que espera que ello genere una reducción en los precios, dijo el funcionario, bajo anonimato porque no estaba autorizado para hablar públicamente.
Esas medidas son señales de que el presidente Mauricio Macri está siguiendo adelante con su plan de reformas promercado para atraer inversiones que desarrollen sus enormes reservas de crudo no convencional, incluso en momentos en que alzas de precios globales del petróleo y una abrupta devaluación de la moneda local presionan hacia políticas oficiales más intervencionistas.
Las medidas también llevarán alivio al sector energético del país sudamericano. Los controles de precios han mermado los márgenes de ganancia de las refinerías y hasta causaron que una de ellas decida suspender sus operaciones.
El Gobierno liberal de Macri había liberado los precios de combustible el año pasado, como parte de su plan para remover los controles estatales que regían sobre la economía argentina. Pero su administración dio marcha atrás en mayo debido a una fuerte depreciación del peso doméstico ARS=RASL .
La repentina devaluación sacudió a los mercados locales y llevó a Macri a pedir asistencia financiera al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El acuerdo que el Gobierno firmó en mayo con las tres mayores petroleras del país -la estatal YPF (BA:YPFD), Shell (LON:RDSb) y Pan American Energy- también fijó el precio del crudo local en 68 dólares por barril, unos 10 dólares por debajo del valor Brent, para mitigar el impacto del congelamiento de tarifas para las refinadoras.
El funcionario explicó que al liberar los precios de venta al consumidor el Gobierno apuesta a que las empresas limiten sus alzas para evitar perder clientes frente a sus competidores, mientras que el congelamiento del precio del crudo alentaría más inversión en perforación local que reduciría las importaciones.
"Los acuerdos de control de precios no sirven para nada", dijo el funcionario.
El Gobierno y las petroleras modificaron su acuerdo el mes pasado, para permitir alzas del 5 por ciento en junio y del 3 por ciento en julio. Hasta ahora, no estaba claro qué ocurriría en agosto.
A pesar de esas alzas, tres fuentes de la industria petrolera dijeron recientemente a Reuters que no están ni cerca de haber trasladado a los consumidores los incrementos de costos del crudo.
El mes pasado, la comercializadora global Trafigura anunció la suspensión de las actividades en su refinería en la ciudad portuaria de Bahía Blanca, donde producía 30.500 barriles por día, "a causa del desfasaje entre los precios de los combustibles y los costos de producción e importación".
Una fuente de la industria expresó a Reuters su frustración con la limitación para elevar los precios.
"El ajuste que hay que hacer en los precios de la nafta no es del 3 por ciento, es del 45 por ciento", dijo la fuente, que pidió no ser identificada para poder hablar libremente.
IMPULSO A VACA MUERTA
El final de los límites sobre los precios de venta probablemente enfurezca a los consumidores, que ya están indignados con el Gobierno por el desplome del peso este año y por una inflación que actualmente se ubica en un 25 por ciento anual, muy por encima de lo previsto por las autoridades.
Pero el Gobierno apuesta a que las petroleras no se atrevan a trasladar a los consumidores la totalidad de sus incrementos de costos por temor a que sus ventas se desplomen. Y permitir que los precios domésticos de crudo vuelvan a flotar libremente sería una noticia bienvenida por las compañías de combustible.
La esperanza es impulsar las inversiones extranjeras, una de las principales metas de Macri. Argentina posee las segundas reservas mundiales de gas natural no convencional y las cuartas de crudo no convencional, mayormente en el masivo yacimiento de Vaca Muerta, en la Patagonia.
Pero el país enfrenta una dura competencia para atraer los miles de millones de dólares que necesita para desarrollar esos recursos. La producción de petróleo está cayendo a su menor nivel en décadas.
El panorama es más alentador para el gas natural. La creciente producción en Vaca Muerta ha ayudado a impulsar la producción del país un 3,4 por ciento interanual en el primer trimeste del 2018, según datos del Ministerio de Energía.
"Está empezando a sobrar gas en Argentina", dijo la fuente oficial.
Como resultado, el Gobierno creará un proceso de subasta para que los clientes mayoristas oferten en el mercado abierto para obtener sus suministros de gas natural durante los meses de baja demanda en el verano austral, explicó el funcionario.
El plan busca dejar atrás gradualmente el sistema actual de contratos fijos, en una movida que las autoridades esperan que lleve a una reducción en los precios.
Las subastas podrían comenzar en septiembre u octubre y podrían abarcar hasta el 70 por ciento de los suministros mayoristas para marzo o abril del 2019, dijo la fuente.
Argentina también comenzaría a exportar gas a Chile en el cuarto trimestre de este año, como consecuencia de la mayor producción de Vaca Muerta.
Sin embargo, la tercera economía de América Latina todavía necesitará importar gas natural licuado (GNL) para satisfacer su demanda local durante los meses del invierno. (Traducido por Maximiliano Rizzi)