Por Anthony Boadle
BRASILIA, 27 jul (Reuters) - El mayor partido político de Brasil seguirá apoyando por el momento a la impopular presidenta, Dilma Rousseff, a pesar de la dimisión de uno de sus líderes, aunque la situación podría cambiar si una esperada recesión genera agitación social, dijeron líderes de la formación.
Rousseff lucha por salvar su presidencia en medio del peor desempeño económico en 25 años y una crisis política provocada por un gran escándalo de sobornos en la compañía petrolera estatal Petrobras (NYSE:PBR) PETR4.SA , en el que están implicados decenas de políticos de su coalición.
Eduardo Cunha, presidente de la cámara baja del Congreso, rompió sus lazos con Rousseff y quiere que su Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) abandone también la coalición, pero otros líderes de la formación afirmaron que no están dispuestos a hacerlo.
En su lugar, pretenden seguir junto a Rousseff hasta 2018, cuando el partido planea presentar a su propio candidato para las elecciones presidenciales.
"No romperemos con su Gobierno, porque empeoraría la grave situación económica que enfrenta Brasil en la segunda mitad del año", dijo a Reuters el senador Eunicio Oliveira, líder del PMDB en el Senado.
Cuando han transcurrido apenas seis meses de su segundo y último mandato, Rousseff está caminando sobre una cuerda floja.
Los sondeos muestran que a casi dos de cada tres brasileños les gustaría que fuera sometida a un juicio político por su mala gestión de la economía y por haber usado supuestamente dinero procedente de sobornos para sus campañas electorales en 2010 y 2014.
Su nivel de aprobación cayó hasta el 7,7 por ciento en una encuesta publicada la semana pasada.
El propio Partido de los Trabajadores, al que pertenece Rousseff, ha atacado las medidas de austeridad emprendidas por la mandataria para frenar el creciente déficit fiscal que amenaza a la calificación de grado de inversión del país.
Incluso su mentor, el ex presidente Luis Inácio Lula da Silva, se ha distanciado de ella.
Se espera que la economía se contraiga un 1,7 por ciento este año, el desempleo está aumentando y la inflación se encuentra en niveles muy altos, por lo que cualquier aumento en el descontento popular podría hacer que los vacilantes aliados de Rousseff le den la espalda.
"Si los brasileños salen a las calles masivamente para exigir un cambio de Gobierno, entonces no habrá manera de mantener junta esta ya rebelde coalición", afirmó el legislador del PMDB Danilo Forte, un crítio de la alianza con el Partido de los Trabajadores. (Editado en español por Carlos Serrano)