MONTEVIDEO, 10 sep (Reuters) - La pérdida del grado de inversión por parte de Brasil impactará a la región en general y en particular a Uruguay, para el que el país vecino es uno de sus principales clientes comerciales y con el que viene perdiendo competitividad por la devaluación del real, dijeron analistas a Reuters.
Uruguay, una pequeña nación agrícola-ganadera de 3,3 millones de habitantes, venía experimentando la desaceleración económica de sus vecinos, Brasil y Argentina, pero con la rebaja de la calificación de deuda soberana del gigante sudamericano las posibilidades de una pronta recuperación se alejan.
"Brasil complica mucho más todo el escenario regional, que ya venía bastante mal. Es difícil pensar cuándo vamos a mejorar cuando la situación viene de mal en peor", dijo la economista María Laura Rodríguez, de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU).
La agencia Standard and Poor's recortó el miércoles la nota de Brasil de BBB- a BB+, pasando de calificación "grado de inversión" a "especulativa" por una mayor desconfianza en los planes del gobierno de Dilma Rousseff de aplicar un ajuste fiscal y procurar el equilibrio de su economía. urn:newsml:reuters.com:*:nL1N11G0F6
"Brasil con peores datos macroeconómicos nos afecta a nosotros, que ya tenemos una caída de las exportaciones por pérdida de competitividad. Y si a eso se suma la recesión en la que entró, Brasil aún demandará menos productos uruguayos", agregó la economista.
De acuerdo con los últimos datos de la UEU, las ventas al país vecino -el segundo cliente exterior de Uruguay después de China- se contrajeron interanualmente un 16 por ciento en el período enero-agosto.
Pero además del peligro de una menor demanda, lo que se acentuaría es la pérdida de competitividad de Uruguay respecto a Brasil, que podría convertirse inclusive en competencia frente a terceros mercados.
El peso uruguayo RPNJ acumula una caída de un 18,5 por ciento en lo que va del año, mientras que el real se ha depreciado un 30 por ciento en 2015.
El movimiento del tipo de cambio en Brasil además arrastraría a la moneda uruguaya, haciendo inclusive más difícil controlar el alza sostenida de los precios minoristas en Uruguay, cuya tasa anual fue de un 9,5 por ciento en agosto pese a los acuerdos de precios con privados para obligarla a ceder.
Según el economista Ignacio Munyo, director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa de la Universidad de Montevideo, también hay que considerar que la quita del grado de inversión a Brasil sería una amenaza respecto a la llegada de inversión extranjera, marcando un contrapunto con la opinión del Gobierno.
Pese a que el presidente Tabaré Vázquez reconoció el jueves a periodistas que el nuevo escenario en Brasil "tendrá impacto", el ministro de Economía Danilo Astori dijo al semanario Búsqueda que hay un lado positivo y es que Uruguay se distingue ante los inversores extranjeros.
"Uruguay aparece diferenciado y es visto con otros ojos desde el exterior. Es el único que tiene calificación de deuda de grado inversor por cinco agencias y es el único país que crece en la subregión y, a nuestro juicio, va a seguir creciendo, aunque a ritmo menor", dijo Astori.
"Ojalá sea así pero históricamente no se ha diferenciado mucho a las economías emergentes, cuando todas vienen en un escenario complejo y con impactos negativos por la situación internacional. Además, tenemos factores comunes que nos afectan y similitudes en los desequilibrios macroeconómicos", precisó Munyo.
La economía del pequeño país sudamericano se expandiría un 2,5 por ciento en 2015, desde el 3,5 por ciento del 2014, cuando alcanzó su duodécimo año de crecimiento consecutivo.
Para el economista la situación inclusive podría agravarse teniendo en cuenta que el Gobierno decidió esta semana abandonar las conversaciones para integrar el Tratado Internacional de Comercio de Servicios (TISA) al no contar con el apoyo de la coalición oficialista Frente Amplio.
(Reporte de Malena Castaldi; editado por Hernán García)