por Lissette Esquila Alonso
Infosel, julio. 14.- Dada la transformación digital en curso, que tiene el potencial de transformar el panorama de pagos e incluso todo el sistema financiero, los bancos centrales deben ser audaces y mantenerse al día con el ritmo del cambio, escribió Fabio Panetta, integrante del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, al hablar del desarrollo de un euro digital.
Panetta dijo que el Consejo de Gobierno del BCE decidió poner formalmente en marcha un proyecto para la posible emisión de un euro digital, que podría tardar tres años en desarrollo.
"Concretamente, esto significa que dedicaremos los recursos necesarios para diseñar un producto comercializable. Pero la decisión de emitir o no un euro digital solo llegarán en una etapa posterior", dijo el integrante del BCE. "Y en cualquier caso, un euro digital complementaría el efectivo, no lo reemplazaría".
Bajo el nuevo proyecto, el euro digital reduciría el costo de las transacciones, fomentaría la inclusión financiera y permitiría a los usuarios realizar sus compras en todos los puntos de venta y países de la zona del euro.
Asimismo, se espera que la moneda única digital proporcione mayor seguridad, en comparación con cualquier criptomoneda comerciable, ya que contaría con el respaldo del BCE, lo que eliminaría el riesgo de liquidez, riesgo de crédito y el riesgo de mercado.
"Ofrecido por el banco central, que no tiene ningún interés comercial en monetizar los datos de los usuarios, el euro digital ayudaría a proteger la privacidad de las personas contra el uso comercial o la intrusión injustificada. Una estructura de gobernanza adecuada y transparente que cumpla con la normativa europea sobre protección de datos garantizaría además que los datos personales de los usuarios solo sean accesibles a las autoridades legítimas, con el fin de prevenir actividades ilícitas como el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo", dijo Panetta en el blog.
El funcionario dijo que el proyecto lleva dos años de desarrollo y cuenta con el apoyo del Parlamento Europeo, la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Eurogrupo.
Infosel, julio. 14.- Dada la transformación digital en curso, que tiene el potencial de transformar el panorama de pagos e incluso todo el sistema financiero, los bancos centrales deben ser audaces y mantenerse al día con el ritmo del cambio, escribió Fabio Panetta, integrante del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, al hablar del desarrollo de un euro digital.
Panetta dijo que el Consejo de Gobierno del BCE decidió poner formalmente en marcha un proyecto para la posible emisión de un euro digital, que podría tardar tres años en desarrollo.
"Concretamente, esto significa que dedicaremos los recursos necesarios para diseñar un producto comercializable. Pero la decisión de emitir o no un euro digital solo llegarán en una etapa posterior", dijo el integrante del BCE. "Y en cualquier caso, un euro digital complementaría el efectivo, no lo reemplazaría".
Bajo el nuevo proyecto, el euro digital reduciría el costo de las transacciones, fomentaría la inclusión financiera y permitiría a los usuarios realizar sus compras en todos los puntos de venta y países de la zona del euro.
Asimismo, se espera que la moneda única digital proporcione mayor seguridad, en comparación con cualquier criptomoneda comerciable, ya que contaría con el respaldo del BCE, lo que eliminaría el riesgo de liquidez, riesgo de crédito y el riesgo de mercado.
"Ofrecido por el banco central, que no tiene ningún interés comercial en monetizar los datos de los usuarios, el euro digital ayudaría a proteger la privacidad de las personas contra el uso comercial o la intrusión injustificada. Una estructura de gobernanza adecuada y transparente que cumpla con la normativa europea sobre protección de datos garantizaría además que los datos personales de los usuarios solo sean accesibles a las autoridades legítimas, con el fin de prevenir actividades ilícitas como el blanqueo de capitales o la financiación del terrorismo", dijo Panetta en el blog.
El funcionario dijo que el proyecto lleva dos años de desarrollo y cuenta con el apoyo del Parlamento Europeo, la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Eurogrupo.