20 oct (Sentido Común) - El gobierno de México dijo estar dispuesto a estudiar y revisar la propuesta estadounidense para incluir en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) reglas que obliguen a las empresas a usar contenidos domésticos en la elaboración de ciertas manufacturas regionales, aun cuando en principio está en contra del uso de ese concepto.
En la última ronda de negociaciones para modernizar el TLCAN, Estados Unidos presentó a sus contrapartes canadienses y mexicanas un plan para exigir que los autos clasificados como norteamericanos incluyan en su fabricación cuando menos 50% de contenido o autopartes producidas en su país.
La propuesta formaría parte de lo que en el lenguaje del comercio internacional se conoce como reglas de origen y que no es más que el monto mínimo de piezas que un bien ensamblado en una región debe tener de esa región para recibir los beneficios del libre comercio.
Con la propuesta estadounidense, la regla de origen para los vehículos fabricados en América del Norte pasaría de 62.5% de contenido regional a 85%.
Si bien el gobierno canadiense y mexicano se han opuesto a esa propuesta por ser una clara medida proteccionista, los representantes comerciales mexicanos dijeron que estaban dispuestos a analizarla e incluso discutirla, quizás con una contrapropuesta nacional, en la quinta ronda de discusiones que celebrarán los tres gobiernos de la región en Ciudad de México, del 17 y el 21 de noviembre.
Cuando recibimos la propuesta "hicimos preguntas específicas sobre cómo llegaron a este número de 85% y cuál es la racionalidad para intuir que a través de eso vamos a tener un beneficio" para el sector automotor en Norteamérica, dijo Kenneth Smith Ramos, jefe técnico negociador el gobierno mexicano en una entrevista radiofónica con el programa Fórmula Financiera.
"Ahora lo que hacemos es llevarnos la propuesta para analizarla de manera detallada junto con nuestro sector automotriz, desmenuzarla y tener los argumentos en cada uno de los elementos" para discutirlos en la siguiente ronda, agregó.
Sin embargo, la propuesta parece no tener un futuro prometedor ya que desde el inicio no ha sido bien vista por los ensambladores de automóviles en los tres países, mientras que el gobierno mexicano también ha manifestado que ésta iría en contra del libre comercio en América del Norte.
Incluso, el mismo Ramos ha reconocido que las propuestas de las reglas de origen doméstico serán muy probablemente rechazadas en las negociaciones, por lo que se podría esperar un debate más álgido en la siguiente ronda.
"Hay posturas en las que sentimos que no podemos transitar, como es por ejemplo el tema del contenido doméstico en las reglas de origen automotriz", dijo Ramos, en otra entrevista con el programa radial Tercera Emisión de la estación Enfoque Noticias, tras el final de la cuarta ronda en Arlington, Virginia.
"Un contenido doméstico, que es un concepto que no existe en materia de comercio internacional, simplemente generaría condiciones inviables para uno de los sectores que más éxito ha tenido" en la región, agregó.
La jefa negociadora canadiense incluso rechazó el concepto en los comentarios que emitió en el encuentro en que los jefes negociadores de las tres naciones dieron por terminada la cuarta ronda de negociación.
"Hemos visto una serie de propuestas no convencionales en áreas críticas de la negociación que hacen nuestro trabajo mucho más retador", dijo la ministra de Relaciones Exteriores canadiense, Chrystia Freeland. "En algunos casos, estas propuestas van en contra de las medidas de la OMC, esto es preocupante".
"No podemos olvidar que el TLCAN ha permitido la creación de sofisticadas cadenas de suministros que permiten a nuestras compañías hacer bienes juntos y venderlos al mundo", agregó Freeland, en su mensaje. "Las propuestas de contenido nacional estadounidense interrumpirían severamente estas cadenas, harían a los productores manufactureros norteamericanos menos competitivos frente a importaciones provenientes de regiones externas y pondrían en peligro decenas de miles de empleos en América del Norte".
Por lo que se refiere, el jefe negociador estadounidense, Robert Lighthizer, reflejó frustración sobre el poco avance que registró la última ronda de negociaciones en temas que los tres países ya habían acordado anteriormente en las discusiones que realizaron para la elaboración del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, o TPP.
Lighthizer incluso dijo que estaba "sorprendido y desilusionado" por la resistencia que han mostrado México y Canadá frente a las propuestas en algunos capítulos del nuevo TLCAN que Estados Unidos considera como "el mejor texto posible".
Los negociadores mexicanos explicaron que esa falta de acuerdo se debía a que los contextos, como el número de países y las circunstancias, son distintos cuando se habla de un acuerdo trilateral de otro multilateral, como en el caso del TPP.
Incluso, el hecho de que los países dentro del TLCAN compartan grandes fronteras terrestres ya es un indicio de que ese acuerdo debe abarcar temas --como facilitación aduanera-- que no incluye el TPP, un convenio transoceánico.
"Hay temas mucho más pertinentes a Norteamérica que no se trataron en el TPP", agregó Ramos, en la entrevista con Radio Fórmula. "Hay que recordar que al principio de la administración Trump Estados Unidos se retiró de ese acuerdo. . . es un poco curioso pensar que ahora estén hablando directamente por incluir temas específicos del TPP".
La postura del gobierno mexicano sobre las reglas de origen está, además, en línea con la de los productores de vehículos del país, quienes consideran que elevar la regla de origen regional, o incluir una doméstica, afectaría la competitividad de la región.
Actualmente, el TLCAN incluye la regla de origen más estricta para el sector automotor con respecto a cualquier otro acuerdo comercial internacional que tiene Estados Unidos con otros países del mundo.
La propuesta de Estados Unidos "es una regla que muy difícilmente se puede cumplir", dijo Eduardo Solís, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (Amia) y quien además forma parte de los asesores del gobierno mexicano en la renegociación, en una conferencia. Llevaría a "una pérdida brutal de competitividad".
Además de las reglas de origen, lo negociadores esperan mayores discusiones con Estados Unidos sobre otros temas como compras gubernamentales o la llamada cláusula sunset, que propone la terminación del TLCAN cada cinco años a menos que los tres países acuerden prolongarlo.
"Hay temas en los que estamos muy alejados y no va a ser fácil encontrar consensos", dijo Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior, en una entrevista radiofónica en el programa Así las cosas de W Radio. "México no cederá ante propuestas proteccionistas de Estados Unidos". (Redacción Sentido Común)