Investing.com - La libra esterlina sube frente al dólar y el euro al comienzo de la jornada de negociación de este miércoles en Europa pues la balanza del mercado se inclina a creer que el Brexit será suavizado, pospuesto o incluso cancelado.
El Parlamento británico rechazó el acuerdo de salida de la Unión Europea del Gobierno por segunda vez el martes, cancelándolo completamente, pues la UE ha dicho que no está dispuesta a negociar más los términos de la salida.
A las 8:00 horas (CET), la libra se sitúa en 1,3142 dólares, subiendo frente a los 1,3060 dólares registrados inmediatamente después de la votación, mientras que el par EURGBP retrocede hasta 0,8584.
El índice dólar, que sigue la evolución de esta moneda con respecto a una cesta de otras seis divisas principales, se sitúa en 96,94, prácticamente sin cambios.
La Casa de los Comunes votará este miércoles la conveniencia de abandonar la UE sin un acuerdo el 29 de marzo, una opción que nunca ha tenido el favor de la mayoría y es muy poco probable que lo consiga ahora.
Suponiendo que la moción para salir de la UE sin un acuerdo también sea rechazada, la Cámara votará el jueves si pedir a la UE un aplazamiento de la fecha límite del 29 de marzo. Sin embargo, eso no es algo que la UE quiera hacer a menos que le den una razón clara. Lo que no entra —al menos por ahora— en los planes del Parlamento es la convocatoria de elecciones generales o un segundo referéndum que pueda revocar el resultado del primero.
Así, el riesgo de un accidentado “Brexit sin acuerdo” sigue sobre la mesa, pues el negociador de la UE, Michel Barnier, como ha señalado vía Twitter:
"La UE ha hecho todo lo posible para ayudar con el acuerdo de salida. El estancamiento sólo puede ser resuelto en el Reino Unido", dijo Barnier. "Prepararnos para un “Brexit sin acuerdo” es ahora más importantes que nunca".
El dólar se había visto zarandeado tras conocerse que el representante comercial Robert Lighthizer dijo que la subida de los aranceles sobre las importaciones de China sigue siendo una opción, debido a la falta de progreso significativo en las negociaciones comerciales entre ambos países. Estas declaraciones lastraron tanto al dólar australiano como al dólar neozelandés, muy sensibles al comercio, así como los datos de la encuesta de confianza de los consumidores de Australia, menos alentadores de lo esperado.