Por Barbara Lewis
LONDRES, 14 mar (Reuters) - Cuando las temperaturas suban y los vientos amainen en las próximas semanas, el desierto de Gobi en Mongolia se verá invadido por mineros en busca de cobre.
Durante años Rio Tinto ha sido la única operadora internacional de minas de cobre en Mongolia, un país en el que ha invertido miles de millones de dólares en el proyecto Oyu Tolgoi. Otras se han mantenido al margen debido a los riesgos de operar en una nación con una democracia y un poder judicial joven e impredecible, una economía frágil y un clima extremo.
Pero ahora la creciente demanda mundial de un metal usado en automóviles eléctricos y energía renovable, en momentos de mayores costos y depósitos agotados en el mayor productor de cobre del mundo, Chile, está llevando a las mineras a ubicaciones más riesgosas. Por eso algunos apuntan a Mongolia.
Los geólogos dicen que los depósitos como Oyu Tolgoi rara vez se producen de forma aislada. Eso significa que, para algunas mineras, la posibilidad de encontrar otro hacen que la nación del este de Asia merezca una apuesta calculada, especialmente dada su proximidad con China, el mayor consumidor mundial de cobre.
La nueva apuesta está liderada por un grupo de aproximadamente media docena de jugadores más pequeños, incluyendo a Xanadu Mines de Australia XAM.AX , Kincora Copper de Canadá KCC.V y la compañía estadounidense Wood Capital Partners, que tienen un mayor apetito por el riesgo y buscan anticiparse a sus competidores.
Wood Capital Partners, creada por dos ex banqueros de Citigroup (NYSE:C) y especializada en la compra de activos en dificultades, dijo a Reuters que había invertido "varios millones de dólares" para explorar terrenos en el sur de Gobi.
El copresidente ejecutivo y socio gerente Stephen Dizard dijo que la firma compró la concesión de 364 kilómetros cuadrados, alrededor de seis veces el tamaño de Manhattan, a un fondo de mercados fronterizos que estaba en liquidación.
Quería desembarcar en Mongolia antes de una carrera impulsada por la búsqueda mundial de cobre nuevo. Dizard dijo que las mineras estarían cada vez más seguras de comprar activos en el país porque la economía está mejorando lentamente, ayudada por un rescate del Fondo Monetario Internacional.
"(Mongolia) estaba angustiada financieramente y en general", sostuvo Dizard. "Evaluamos la situación, que tenía que mejorar. Lo ha hecho".
A partir de marzo y abril, el presupuesto de perforación de la compañía será "una cifra de al menos siete dígitos", agregó.
Sam Spring, CEO de Kincora, dijo que reunió unos 4,5 millones de dólares el año pasado para financiar su exploración en Mongolia. La compañía, que posee licencias para más de 1.400 km2 de terreno, perforó 6.000 metros el año pasado y los resultados fueron prometedores. Agregó que la actividad aumentaría a fines de marzo o principios de abril.
"Hemos comenzado a ver un cambio en la confianza de los inversores. Hay una infraestructura cada vez mayor y esperamos ver viento de cola en lugar de contratiempos", agregó Spring, quien describe a Mongolia como una de las últimas fronteras para los activos de cobre de alta calidad.
Andrew Stewart, CEO de Xanadu, cree que podrá reunir suficiente información en los próximos meses para determinar si se justifica establecer una mina en el país. Destacó que planea perforar usando cuatro plataformas frente a dos del año pasado. "Mongolia es muy buena porque tiene la prospectividad", agregó.
LABERINTO SUBTERRÁNEO
El sueño es otro descubrimiento de la escala de Oyu Tolgoi, una cadena de depósitos en el sur de Gobi a unos 550 kilómetros al sur de la capital Ulaanbaatar y 80 km al norte de la frontera con China.
Pero incluso Rio Tinto RIO.L RIO.AX , que confía en Mongolia para impulsar su crecimiento tras comprometer unos 12.000 millones de dólares para el proyecto, recién reanudó la exploración allí en 2017 tras una interrupción de cinco años durante la caída de los precios en el mercado del cobre.
La minera dice que todavía debe obtener retornos de su inversión, pero en enero anunció su primera oficina formal en la capital del país.
Este fue un movimiento simbólico destinado a subrayar ante el gobierno su compromiso con el país, según fuentes de la industria. Rio Tinto dice que la oficina empleará 80 empleados y cubrirá tecnología y exploración.
Para compensar la baja de la producción en la mina a cielo abierto, Rio Tinto está construyendo un laberinto de túneles subterráneos que aumentará la producción anual a 560.000 toneladas, cerca de tres veces la producción actual a cielo abierto. El aumento gradual de las operaciones subterráneas comenzará alrededor del comienzo de la próxima década.
Además de la recesión del mercado, Rio Tinto ha tenido que lidiar con disputas con el gobierno de Mongolia sobre impuestos y suministro de energía. La mina es propiedad conjunta del gobierno, con un 34 por ciento, y Turquoise Hill Resources TRQ.TO con un 66 por ciento. A su vez, Rio Tinto tiene un 51 por ciento de participación en Turquoise Hill.
Jean-Sebastien Jacques, consejero delegado de Rio Tinto, dijo que los problemas son inevitables pero que su compañía tiene planes a largo plazo en el país.
"Mi experiencia personal en los últimos cinco años es de muchos problemas, como era de esperar, pero hemos sido capaces de resolverlos", sostuvo Jacques el mes pasado. "No estoy diciendo que va a ser fácil".
TEMPERATURAS EXTREMAS
Las mineras y analistas políticos dicen que, aunque la economía en Mongolia está mejorando, el sistema legal no es claro y los frecuentes cambios de gobierno desde que el país se convirtió en una democracia hace tres décadas han creado incertidumbre política, lo que vuelve cautelosos a los inversionistas.
El Ministerio de Minería de Mongolia no respondió a las solicitudes de comentarios de Reuters.
Las mineras también deben lidiar con temperaturas que oscilan entre -40 grados y 40 grados Celsius y vientos feroces que duran días. Como resultado, tienden a limitar los programas de perforación en el Gobi entre fines de marzo y noviembre.
Por el contrario, en Chile y otros países de América Latina las tareas de perforación pueden realizarse durante todo el año.
Estas cuestiones han disuadido a la mayoría de las mineras durante años. El presidente ejecutivo de BHP, Andrew Mackenzie, dijo a Reuters que prefiere jurisdicciones seguras, como en América, y describió a Mongolia como "potencialmente muy prospectiva pero con desafíos de seguridad y geopolíticos".
Pero pese a todo, las condiciones del mercado del cobre están impulsando el cambio lentamente.
La renovada actividad de Rio Tinto y la exploración de parte de otras empresas se da en momentos en que la demanda aumenta.
Los precios del cobre CMCU3 se han recuperado a casi 7.000 dólares por tonelada, desde mínimos de alrededor de 4.300 dólares por tonelada de principios de 2016, su nivel más bajo desde 2009.
Al mismo tiempo, los yacimientos en Chile envejecen y afrontan dificultades por las concentraciones de arsénico y la proximidad a zonas densamente pobladas. Los mineros en el país sudamericano también exigen salarios más altos, lo que aumenta los costos.
El atractivo de Mongolia, que tiene el mismo tipo de formaciones rocosas de tipo "pórfido", es tal que incluso la gigante cuprífera estatal chilena Codelco ha dicho que está considerando invertir allí.
Una ventaja de las formaciones pórfido es que el cobre a menudo va acompañado de oro, lo que puede subsidiar eficazmente la producción.
"Mongolia representa una región muy prospectiva para los depósitos de cobre del tipo pórfido", dijo Jamie Wilkinson, líder de investigación en depósitos de minerales en el Museo de Historia Natural de Londres.
"Oyu Tolgoi fue encontrado en 2001. Ha habido algunos pequeños descubrimientos desde entonces, pero nada de esa escala. Hay muchas posibilidades de descubrimientos en el futuro".
Sin embargo, aunque puede haber potencial geológico, no hay garantía de desenterrar volúmenes comerciales de cobre, y la suerte siempre es un factor importante.
El interés de los exploradores extranjeros, si se mantiene, podría ser crucial para Mongolia, que depende en gran medida de los productos básicos y tuvo que recurrir al FMI el año pasado tras el colapso de la inversión extranjera.
Alrededor del 30 por ciento de sus 3 millones de habitantes viven en la pobreza, según las cifras de 2016 del Banco Mundial y la oficina nacional de estadística de Mongolia.
(Reporte adicional de Terrence Edwards en Ulaanbaatar y Karin Strohecker en Londres; Editado en español por Javier Leira)