Investing.com -- El actual rally récord del oro no muestra signos de desaceleración, según Nigel Green, consejero delegado del gigante mundial de asesoramiento financiero y gestión de activos, deVere Group. La predicción alcista de Green se basa en dos nuevos catalizadores: la posible revalorización de las reservas de oro de Estados Unidos y un importante cambio de política en China que permita a las aseguradoras invertir en lingotes.
En la actualidad, Estados Unidos valora sus amplias reservas de oro en unos anticuados 42 dólares la onza. Sin embargo, entre los principales fondos de cobertura y expertos financieros se especula cada vez más con la posibilidad de que el Tesoro revalúe estas reservas a precios de mercado, que actualmente se sitúan en torno a los 2.800 dólares por onza.
Esta medida, de llevarse a cabo, podría inyectar unos 800.000 millones de dólares en la Cuenta General del Tesoro, reduciendo así la dependencia de la emisión de bonos y aumentando la confianza en el oro como activo monetario. Green cree que la revalorización del oro a su valor real de mercado podría ser un acontecimiento financiero transformador que no sólo reforzaría el papel del oro como depósito básico de valor, sino que también amplificaría su ya acelerada subida de precios.
Además, un importante acontecimiento en China está allanando el camino para un aumento de la demanda. Por primera vez, Pekín ha autorizado un programa piloto que permite a las aseguradoras invertir en oro, desbloqueando miles de millones en entradas potenciales en el mercado. Dado que el banco central de China ya lidera las adquisiciones mundiales de oro, es probable que esta medida intensifique la tendencia existente de los países a alejarse de los activos en dólares estadounidenses.
Green sugiere que la aprobación de las aseguradoras por parte de China disparará la demanda, además de las compras de los bancos centrales, que ya han alcanzado su nivel más alto en décadas. Señala además que estos dos factores por sí solos podrían disparar los precios del oro, especialmente en un momento en que las condiciones macroeconómicas ya favorecen un repunte prolongado de los metales preciosos.
Las presiones inflacionistas siguen siendo obstinadamente elevadas, agravadas por unas políticas arancelarias que corren el riesgo de hacer subir aún más los precios. La imposición de nuevos aranceles a China y otros socios comerciales clave no solo está avivando los temores a una guerra comercial más amplia, sino que también está alimentando una carrera hacia activos refugio como el oro.
Al mismo tiempo, los bancos centrales de todo el mundo están aumentando sus compras de oro a un ritmo nunca visto en décadas. China, en particular, no ha dejado de aumentar sus reservas, y el Banco Popular de China amplió sus tenencias por tercer mes consecutivo en enero.
A esto se suma la incertidumbre geopolítica debida a la guerra de Ucrania, la inestabilidad en Oriente Medio y la escalada de las tensiones en el Mar de China Meridional, todo lo cual contribuye a crear un entorno de incertidumbre e impulsa el atractivo del oro como refugio seguro.
Con todos estos factores convergiendo, el camino hacia nuevos máximos históricos para el oro parece inevitable. La combinación de la especulación sobre la revalorización del oro en EE.UU., la demanda impulsada por las aseguradoras chinas, las agresivas compras de los bancos centrales, las presiones inflacionistas y la incertidumbre geopolítica está creando una tormenta perfecta para los alcistas del oro. Green concluye afirmando que el impulso actual parece imparable y que el actual rally récord aún tiene recorrido.
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