BRASILIA, 31 ene (Reuters) - El peor brote de fiebre amarilla en décadas no está sólo causando la muerte de brasileños, sino que también amenaza con hacer desaparecer en la selva atlántica a la población de monos que está cerca de la extinción, advirtieron expertos el martes.
Hasta el momento se han hallado 400 monos muertos en el estado de Espirito Santo, a donde se extendió el brote después de aparecer en el vecino Minas Gerais.
El mono muriquí, el primate más grande de Brasil y una de las 25 especies de su tipo más amenazadas, es el que corre mayor riesgo, dijo el biólogo Roberto Cabral de la agencia ambiental Ibama.
"Los monos son vulnerables a la fiebre amarilla como los humanos, pero nosotros tenemos vacunas que nos protegen, ellos no", dijo Cabral. "Están siendo diezmados", añadió.
Los agricultores fueron los primeros en alertar a las autoridades sobre los animales cuando se dieron cuenta de que la selva había quedado en silencio y los monos habían desaparecido.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral que se encuentra en regiones tropicales de África y América. Afecta mayormente a humanos y monos, y es transmitida por el mismo tipo de mosquito que contagia el dengue y el virus de Zika.
Autoridades de salud pública confirmaron la muerte de 46 personas por fiebre amarilla en áreas rurales. La mayoría de los casos se registró en el estado de Minas Gerais.
Ibama recibió también reportes de habitantes en zonas rurales que han matado a monos creyendo que pueden transmitir la fiebre amarilla a humanos. "Algunas personas culpan a los monos, lo que es absurdo, porque los mosquitos son los villanos", dijo Cabral. "Los monos están ayudando a los humanos alertándonos de la presencia de la fiebre amarilla", añadió.
(Reporte de Anthony Boadle, Editado en español por Patricia Avila)