Por Jan Harvey
LONDRES, 31 oct (Reuters) - La falta de inversión en nuevos proyectos que aumenten la capacidad de producción podría elevar los precios del cobre en la próxima década, puesto que la cotización actual está muy lejos de lo que se necesita para alentar la llegada de dinero a inversiones en el sector.
Los precios del cobre CMCU3 están languideciendo cerca de 4.750 dólares por tonelada luego años de una enorme producción y una demanda sin brillo, que llevó el valor en enero hasta cerca de su menor nivel en siete años de 4.318 dólares.
Analistas encuestados por Reuters en las última semanas estimaron que el precio de incentivo para el metal -aquel en que la inversión en nuevos proyectos es viable- está en 6.200 a 7.000 dólares por tonelada.
"Los actuales precios al contado están muy por debajo del precio de incentivo, lo que muestra que hay una oferta más que buena del metal", dijo Robin Bhar, analista de Societe Generale (PA:SOGN), previo a la reunión anual de la Bolsa de Metales de Londres.
Los precios del cobre han bajado abruptamente desde 10.000 dólares por tonelada en 2011 a menos de la mitad este año, porque el mercado, que alguna vez estuvo desabastecido, ha vuelto a un superávit.
La situación ha llevado a los productores a recortar capacidad y frenar la inversión en nuevos proyectos. Las iniciativas que se aprobaron en los años de auge aún tienen que aportar oferta, por lo que el suministro sigue boyante.
Sin embargo, analistas ven riesgos para el suministro actual. "Hay cinco minas que suponen el 80 por ciento del crecimiento neto de la oferta", dijo el analista de Bank of America-Merrill Lynch, Michael Widmer.
"Hay un riesgo real de que no se consiga que esas minas alcancen las guías (de producción) y entonces podrías tener una escasez de oferta de mina tan pronto como el próximo año".
Los futuros proyectos de cobre probablemente tengan menores leyes de mineral, estén en lugares más remotos y con una infraestructura menos desarrollada, lo que elevaría los costos, dijo Citi.
Deutsche Bank (DE:DBKGn) predijo este año un leve superávit para 2016 y 2017, pero déficits de 280.000 toneladas en 2018, 350.000 en 2019 y de 280.000 en 2020.
El escenario probablemente provoque una respuesta del precio que, a su vez, incentive más oferta. Pero el tiempo que se necesita para que avance un nuevo proyecto de cobre desde su concepción hasta la producción parece crear condiciones perfectas para presionar a los precios.
"El cobre es un negocio muy lento en términos de desarrollo de proyectos, yo siempre hago la analogía con una buque petrolero que trata de girar", dijo la analista de Macquarie, Vivienne Lloyd.
"Toma entre ocho y 11 años poner en operación una mina de cobre. Las mineras no han comprometido desarrollos este año, el año pasado o el año anterior que habrían sido necesarios para poner en marcha las cosas en 2020. Así, como siempre, el ciclo cambiará muy tarde. Tendremos un déficit y los precios realmente subirán", añadió. (Por Jan Harvey; Editado en español por Javier López de Lérida)