(Agrega cita)
Por Daniel Ramos
LA PAZ, 19 oct (Reuters) - Los bolivianos votaron el domingo en un escenario de profundo antagonismo entre la izquierda y la derecha, que se disputan el gobierno de un país agobiado por la pobreza y los temores de convulsión social.
Los datos preliminares de la votación se demoraban hacia la medianoche (0350 GMT) ante un lento arribo de las actas de votación al centro de cómputos, lo que generó incertidumbre sobre el resultado.
El tribunal electoral no cuenta con un sistema de conteo rápido de votos debido a problemas técnicos detectados un día antes de los comicios y los medios de comunicación no dieron a conocer resultados de encuestas en boca de urna.
"…denunciamos que era sospechoso el levantamiento del Direpre (conteo rápido) a pocas horas del día de las elecciones. Ahora, las empresas encuestadoras se niegan a publicar los resultados a boca de urna. Están escondiendo el gran triunfo del pueblo representado por el MAS", escribió el expresidente Evo Morales en su cuenta en Twitter, apuntando a un triunfo del candidato izquierdista Luis Arce.
En contrapartida, el responsable del tribunal electoral, Salvador Romero, pidió a la ciudadanía esperar con paciencia los resultados de "la elección más compleja de la historia" boliviana.
"Tengan certeza que hay un frente ganador con mas del 45%, que el segundo no ha llegado al 30% (...). No hay para qué dilatar más", dijo un vocero del MAS en declaraciones televisivas.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, señaló al concluir la jornada electoral que Bolivia vivió una fiesta democrática, pues no se registró hechos violentos, sólo problemas menores. No obstante, sostuvo que la Policía y Fuerzas Armadas continuarán con los patrullajes para evitar cualquier situación que atente la seguridad del ciudadano.
Arce, aliado de Morales, llegó con una estrecha ventaja en los sondeos sobre Carlos Mesa, un expresidente vinculado a la derecha boliviana que en los últimos años se inclinó hacia el centro político para ganar más respaldo.
Los analistas pronostican una 'gobernabilidad frágil' en los siguientes cinco años, ya que ni el Movimiento al Socialismo (MAS) ni la centrista Comunidad Ciudadana (CC) lograrían una mayoría absoluta, por lo que el futuro presidente gobernaría sin controlar el Parlamento.
"Las elecciones del 18 de octubre serían los comicios más importantes desde el retorno a la democracia (1982), porque o sigue el partido del expresidente Morales o comienza un proceso de desmantelamiento del poder masista", señaló el analista Carlos Valverde.
La votación de este domingo es una repetición de las elecciones de octubre de 2019, anuladas por un supuesto fraude atribuido al expresidente Evo Morales, quien entonces buscaba extender su mandato hasta 2025.
Ese hecho detonó violentas protestas que terminaron con la renuncia del líder de izquierda, asilado hoy en Argentina. La discordia latente y la fragmentación social de Bolivia se han reflejado en las encuestas, que vaticinan una segunda vuelta electoral.
Las líneas discursivas de ambos candidatos avivaron la incertidumbre, según el analista Carlos Börth. Con la experiencia de 2019, muchos bolivianos optaron por tomar previsiones y abastecerse de alimentos para resistir un eventual escenario de protestas en las ciudades y bloqueos en las carreteras.
En ese escenario, el tribunal electoral, los partidos políticos, la Iglesia y diferentes organismos internacionales llamaron a garantizar la paz y unas elecciones limpias y a respetar los resultados.
(Reporte de Daniel Ramos, con la colaboración de Walter Bianchi y Juan Bustamente en Buenos Aires Editado por Nicolás Misculin)