Por Oliver Griffin
BOGOTÁ, 3 jun (Reuters) - En la bulliciosa cocina de uno de los restaurantes de moda de Bogotá, un equipo de cocineros, acostumbrado a clientes adinerados de la capital colombiana, prepara comidas para una comunidad de personas sin trabajo durante la cuarentena por coronavirus en el país.
El aislamiento preventivo obligatorio declarado por el Gobierno del presidente Iván Duque desaceleró la economía colombiana y perjudicó a los pobres y vulnerables, que deben arreglárselas sin sus habituales trabajos informales para sobrevivir.
Ahora dos restaurantes, El Chato -ganador del premio al mejor de Colombia en 2019 según el prestigioso listado de Los 50 Mejores Restaurantes de América Latina- y Chichería Demente se unieron para llevar comidas nutritivas a las personas que alquilan camas por el día en el centro de Bogotá.
"Muchos productos de los que estamos llevando al albergue resultan que no lo conocían. Pues, llevamos un descubrimiento también", dijo el chef Álvaro Clavijo, dueño del restaurante El Chato.
Unas 48 personas viven en el austero edificio, pagando aproximadamente 2,70 dólares por día por una habitación o 1,35 dólares por una cama. Muchos son trabajadores informales que han visto caer sus ingresos bajo la cuarentena.
Los cocineros de los dos restaurantes se turnan para preparar las comidas antes de entregarlas y también donan otros alimentos. La iniciativa ha recibido alrededor de 6.000 dólares en donaciones.
"Llevamos distintas cosas, llevamos la comida diaria, llevamos huevos para que tengan otro suplemento en el día, a veces llevamos arroz a veces llevamos agua", dijo Natalia Carreño, una de las socias de Chichería Demente.
Colombia entró en una cuarentena nacional a finales de marzo. Aunque las restricciones han comenzado a levantarse gradualmente en algunos lugares, la alta tasa de infección de Bogotá hace que la ciudad continúe bajo estrictos protocolos.
Las comidas son un salvavidas para los residentes, que no salieron del edificio durante los primeros 40 días de cuarentena.
"Estoy muy agradecida con ellos, porque ellos siempre han venido, nunca nos han dejado solos", dijo Miryam Téllez, que ayuda a dirigir la casa. (Traducido por Luis Jaime Acosta, Editado por Juana Casas)