BRASILIA, 18 jul (Reuters) - Un refuerzo de las medidas de seguridad en los principales aeropuertos de Brasil provocaba el lunes largas filas y congestionamiento de pasajeros, en medio del temor generado por un letal ataque en la ciudad francesa de Niza y cuando quedan apenas semanas para el inicio de los Juegos de Río de Janeiro.
Decenas de pasajeros perdieron vuelos domésticos cuando las autoridades comenzaron a registrar a los viajeros y sus equipajes tras haber pasado por los detectores de metales, en una medida que antes sólo era aplicada a los destinos internacionales.
Las autoridades insistieron en que los nuevos chequeos no estaban relacionados con los ataques islamistas ocurridos recientemente en el exterior, sino que respondían a los estándares internacionales de seguridad.
Los funcionarios brasileños elevaron el número de cordones de seguridad, aumentaron los controles de carreteras y tienen previsto registrar a más pasajeros que vayan a Río de Janeiro durante los Juegos Olímpicos que comienzan el 5 de agosto.
El atentado en Niza, perpetrado por un tunecino que embistió a una multitud con un camión, causó la muerte de 84 personas y dejó a otras 85 heridas, decenas de ellas de gravedad.
Brasil espera que ingresen más de 500.000 turistas extranjeros que se dirigirán a Río para los Juegos.
Muchos pasajeros se mostraban furiosos por tener que hacer filas durante horas en el aeropuerto Santos Dumont de Río de Janeiro. Alrededor de 50 pasajeros perdieron vuelos que partían durante la mañana hacia Sao Paulo, dijo un empleado de una aerolínea local a Reuters.
A pesar de las largas filas, pocos vuelos fueron retrasados o cancelados, de acuerdo al operador brasileño de aeropuertos, Infraero.
La semana pasada, trabajadores de aduanas de Brasil comenzaron una huelga indefinida en demanda de mejores salarios, lo que provocó atrasos en la inspecciones de equipajes y de las importaciones que llegaban a los aeropuertos y otros terminales del país sudamericano. (Reporte de Lisandra Paraguassu y Cesar Bianconi; escrito por Alonso Soto. Editado en español por Marion Giraldo)