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Por Adam Jourdan y Mónica Machicao
LA PAZ, 14 ene (Reuters) - La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Añez, está intentando unir a una fragmentada oposición para asegurar un triunfo en las elecciones presidenciales de mayo y evitar que el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del exiliado expresidente Evo Morales, regrese al poder.
Añez, una política conservadora de 52 años que llegó a la presidencia en medio del vacío de poder que generó la renuncia bajo presión de Morales en noviembre, dijo que estaba llamando a la realización de una cumbre de partidos políticos con el objetivo de derrotar al MAS en los comicios.
Sin embargo, la mandataria señaló que ella actualmente no tiene intenciones de competir por la presidencia. A su vez, Morales, que se encuentra refugiado en Argentina, tampoco será candidato en las próximas elecciones, aunque está cumpliendo un rol clave en la campaña del partido que él fundó.
"Si nosotros dispersamos el voto, pues obvio que sería en beneficio de Evo Morales", dijo a Reuters Añez.
"No podemos arriesgarnos para volver a los mismos 14 años de opresión, de arbitrariedad, de autoritarismo de un Evo Morales totalmente enfermo de poder", señaló la mandataria interina en una entrevista realizada en el palacio presidencial de Bolivia en el centro histórico de La Paz.
Los esfuerzos para unir a la oposición remarcan los desafíos que tendrá que enfrentar el sector político conservador de Bolivia en una elección que podría ser clave en la definición del futuro del país, que posee amplias reservas de gas y litio.
Añez, que llegó al poder desde una posición relegada en la línea sucesoria de la presidencia tras la renuncia de Morales y de su vicepresidente, está en el centro de una tormenta política que ha convulsionado a Bolivia, donde durante más de una década Evo Morales fue la principal imagen política en el país.
El líder indígena renunció a su mandato el 10 de noviembre, luego de que denuncias de irregularidades en las elecciones que él había ganado el mes anterior hicieron que aliados, la policía y las fuerzas armadas le quitaran su apoyo.
La crisis política que le siguió ha dejado hondas divisiones en el país, que celebrará nuevos comicios el 3 de mayo. Frente a las nuevas elecciones, muchos importantes partidos políticos aún no han designado sus candidatos.
Morales dice que Añez y otras figuras opositoras lideraron un golpe de Estado que recibió el apoyo de Estados Unidos. En tanto, críticos del expresidente sostienen que Morales se aferró al poder por demasiado tiempo, incluyendo competir por un cuarto mandato seguido a pesar de límites legales para ello.
Una fuerte presencia de policías en las afueras del Palacio Quemado -la sede presidencial- sirve de recordatorio de los graves incidentes de violencia que se registraron en Bolivia el año pasado. Añez niega que un golpe de Estado fue lo que puso fin a la presidencia de Morales.
"Fue un proceso que lo conquistamos todos los bolivianos cuando salimos a las calles a defender nuestra democracia y defender nuestra libertad", dijo Añez. El establecimiento de un nuevo tribunal electoral y de un cronograma para nuevas elecciones son una prueba de que su gobierno no buscaba aferrarse al poder, agregó.
APOYO ESTADOUNIDENSE
Bajo el gobierno de Añez, Bolivia ha virado su política exterior en 180 grados, alejándose de los aliados izquierdistas de Morales en Venezuela y Cuba, y volviendo a forjar lazos con Estados Unidos.
"Estamos empezando un proceso electoral que esperemos nos vayan a ayudar (por Estados Unidos) así como también estamos recibiendo (ayuda) por parte de la Union Europea y la OEA (Organización de Estados Americanos)", dijo.
Añez dijo que un equipo técnico de USAID, la agencia de desarrollo de Estados Unidos, que fue expulsada de Bolivia por Morales en 2013, estaba en el país, reuniéndose con departamentos gubernamentales para evaluar una posible colaboración.
"Nos parece de mucha ayuda y mucha colaboración y obviamente en el marco de nuestra soberanía pues vamos a recibir toda la ayuda que sea correspondiente y esperamos también que para el día de las elecciones tengamos también misiones internacionales importantes que van a dar fe", dijo Añez.
Las cambiantes alianzas crearon problemas para Bolivia, principalmente con los líderes izquierdistas en México y Argentina. Bolivia expulsó al embajador mexicano por una disputa diplomática, mientras que los lazos comerciales con Argentina se han agriado.
El conflicto afectó negociaciones sobre exportaciones de gas.
"Nos ha ido muy bien con Brasil pero todavía no hemos entrado en la negociación con Argentina, que probablemente sea más difícil pero tengo fe que va a prosperar porque una cosa es el negocio y otra cosa ya es las diferencias ideológicas", dijo Añez. (Reporte adicional de Daniel Ramos y Joan Manuel Santiago López; Traducido por Maximilian Heath y Walter Bianchi, Editado por Juana Casas)