En Venezuela, ciudadanos como Griselda Ascanio, de 44 años y natural de Maracay, han recurrido a improvisadas cocinas de leña debido a las frecuentes interrupciones del suministro de gas, lo que pone de manifiesto la lucha del país con la producción de gas natural. A pesar de poseer las octavas reservas de gas natural más grandes del mundo y las más grandes de América Latina, la producción de Venezuela ha disminuido drásticamente a 4 mil millones de pies cúbicos por día este año desde casi 8 mil millones en 2016, según informó Gas Energy Latin America.
La disminución de la producción de gas se ha convertido en un problema acuciante a medida que Venezuela se acerca a sus elecciones presidenciales del 28 de julio. El próximo presidente se enfrentará al reto de atraer inversiones a la industria del gas de la nación miembro de la OPEP. El gobierno del presidente Nicolás Maduro lleva desde el año pasado buscando activamente empresas extranjeras que se hagan cargo de proyectos gasísticos. Sin embargo, obstáculos como las deudas impagadas, las sanciones de Estados Unidos y la necesidad de cuantiosas inversiones han dificultado el progreso.
La oposición, representada por Edmundo González, ha propuesto un cambio radical para ampliar el papel del sector privado y reestructurar la deuda de 150.000 millones de dólares del país. Según Antero Alvarado, socio director de Gas Energy Latin America, existe interés en proyectos de pequeña escala de tipo midstream, como gasoductos y sistemas de distribución, pero la producción de gas a gran escala en Venezuela sigue siendo improbable en las condiciones actuales.
La escasez de gas ha llevado a depender del propano subvencionado, controlado por grupos apoyados por el gobierno, que se encuentra entre los combustibles más caros producidos por la empresa estatal PDVSA. En ocasiones, PDVSA ha tenido que importar este gas para satisfacer las necesidades nacionales. Los problemas de gas del país también han afectado a su capacidad para generar energía y hacer funcionar plantas petroquímicas y fábricas.
Los casi 200 billones de pies cúbicos de reservas probadas de gas de Venezuela están en su mayor parte sin explotar debido a factores como la falta de infraestructuras e inversiones. La Administración de Información Energética de Estados Unidos informó en febrero de que la producción de gas natural del país ha sido limitada, con una cantidad significativa de gas que se quema en la atmósfera durante la producción de petróleo, lo que convierte a Venezuela en uno de los mayores quemadores de gas natural del mundo.
Las conversaciones con empresas europeas como Repsol (OTC:REPYY), Eni y Shell (LON:SHEL) sobre proyectos para recapturar el gas quemado no han dado resultados concretos. Los grandes proyectos de exploración de gas en alta mar, como el yacimiento Mariscal Sucre, de 12 billones de pies cúbicos, se han estancado en gran medida, aunque se están llevando a cabo negociaciones para la explotación conjunta de uno de sus yacimientos con Shell y NGC, de Trinidad y Tobago, con una producción potencial prevista para finales del próximo año.
El gobierno venezolano, deseoso de atraer inversiones extranjeras, ha iniciado conversaciones internas para ofrecer el yacimiento de Río Caribe a la inversión extranjera. Además, se prevé la firma de una licencia de gas con BP (NYSE:BP) para un yacimiento que se extiende hasta aguas de Trinidad, poco después de la autorización de Estados Unidos.
El ministro de Petróleo, Pedro Tellechea, expresó en junio su apertura a la participación de empresas extranjeras en proyectos energéticos venezolanos. Sin embargo, es poco probable que los productores de gas del país aumenten la producción sin que PDVSA aborde las deudas pendientes.
La estrategia de la oposición, de aplicarse, marcaría un cambio significativo respecto a dos décadas de nacionalización, abriendo potencialmente la industria energética a la inversión extranjera y la privatización, lo que podría incentivar la producción nacional de gas y centrarse en las exportaciones, incluso a través de gas natural licuado (GNL).
Reuters ha contribuido a este artículo.Este artículo fue traducido con la ayuda de inteligencia artificial. Para obtener más información, consulte nuestros Términos de Uso.