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Casi ochenta años más tarde, nos adentramos en lo que parece el ojo de una tormenta de divisas digitales. El bitcoin, la más famosa y la más importante de todas las criptomonedas, tiene una capitalización de mercado de 383.000 millones de dólares y se opera de forma tan activa que está ampliamente reconocida como una clase de activo legítima. Esta cripto, que se acuñó por primera vez en 2009, derribó definitivamente las puertas del mundo financiero en 2017, cuando su precio se disparó hasta casi 20.000 dólares por moneda.
A raíz de la audiencia del 9 de marzo del Subcomité de Activos Digitales, Tecnología Financiera e Inclusión, es un buen momento para abrir de nuevo el debate que ha estado presente en muchas oficinas financieras y parqués de negociación.
¿Podrá el bitcoin sustituir algún día al dólar estadounidense?
Cuatro argumentos a favor de que el bitcoin probablemente sustituya algún día al USD
Gracias a la tecnología de cadena de bloques, el bitcoin es una moneda descentralizada, es decir, no está controlada por ningún gobierno ni autoridad central. De hecho, este tipo de distribución digital se ha hecho tan popular que se ha colado en sectores distintos al financiero, como el sanitario y el inmobiliario.
La combinación de descentralización y tecnología de cadena de bloques hace que el bitcoin no pueda ser manipulado y le confiere un grado de autonomía que no es posible con una moneda respaldada por el gobierno. En opinión de los defensores del bitcoin, eso es lo que allanará el camino para el inevitable y definitivo enfrentamiento de la moneda con el dólar estadounidense.
El carácter finito del bitcoin, por la oferta limitada de 21 millones de monedas, lo convierte en deflacionista. Los defensores del bitcoin consideran que esto es una gran ventaja, ya que su valor puede aumentar con la demanda a medida que se reduce la oferta, lo que llevaría a una posible sustitución del USD como depósito de valor más estable y fiable.
En cambio, el USD es una moneda inflacionaria porque su banco central, la Reserva Federal, puede imprimir más dinero siempre que lo considere necesario. Los partidarios del bitcoin creen que, con el tiempo, esta característica provocará una disminución del valor del USD.
La adopción global ha sido lenta, sobre todo en lo que respecta a los países, ya que, hasta el momento, solo El Salvador ha aceptado el bitcoin como moneda de curso legal. Aun así, los que están a favor del futuro dominio del bitcoin argumentarán que las grandes cosas tienen comienzos pequeños.
Grandes marcas como Microsoft (NASDAQ:MSFT), Tesla (NASDAQ:TSLA) y Whole Foods (NASDAQ:WFM) han adoptado el bitcoin como una forma de pago legítima. A medida que aumente la adopción en el ámbito comercial, podría convertirse en una moneda de uso más generalizado e incluso podría llegar a sustituir al USD en algunos países.
Por último, los incondicionales del bitcoin apuestan por las avanzadas técnicas criptográficas de la moneda para asegurar las transacciones y proteger la privacidad de los usuarios. Gracias a la cadena de bloques y al uso de un libro mayor descentralizado para registrar de forma inalterable las transacciones, el bitcoin es más seguro que los métodos de pago tradicionales, que son vulnerables a la piratería informática y al fraude.
Una mayor seguridad y privacidad trae consigo una mayor transparencia y responsabilidad, por no mencionar la rapidez y el abaratamiento de las transacciones transfronterizas. Combinado con una creciente aceptación mundial, la ausencia de coerción gubernamental y su naturaleza deflacionaria, se obtiene la tormenta perfecta lo suficientemente fuerte como para desplazar algún día al poderoso dólar estadounidense.
Cuatro argumentos en contra de que el bitcoin probablemente sustituya algún día al USD
El valor del bitcoin es muy volátil, por lo que no es adecuado como depósito de valor estable. Hay muchos ejemplos que demuestran hasta qué punto el valor del bitcoin puede dispararse (pasó de 7.000 a 10.000 dólares en cuestión de semanas en diciembre de 2019) o desplomarse (en mayo de 2021, se produjo una caída muy brusca de 60.000 a 30.000 dólares en apenas quince días).
En cambio, el dólar es estable y ha mantenido su valor durante décadas. Puede que los inversores y especuladores se sientan atraídos por el bitcoin, pero al ciudadano medio no le gusta el riesgo. Mientras no logre una estabilidad a largo plazo, no podrá sustituir al USD.
El mayor problema del bitcoin quizás sea su falta de regulación. La audiencia del Subcomité de Activos Digitales del 9 de marzo fue tan pesimista sobre las criptomonedas que el valor del bitcoin cayó a mínimos de 7 semanas. Ese mismo día, Gary Gensler, el presidente de la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU., publicó un artículo de opinión muy negativo sobre las criptoempresas que, en esencia, podría resumirse en "regúlense o mueran".
Dado que el bitcoin opera fuera de los marcos de cumplimiento de la mayoría de los gobiernos, es fácil poner en duda su integridad. Y los consumidores de a pie difícilmente utilizarán una moneda así.
Mientras que los partidarios aluden a su creciente aceptación, los detractores señalan que el bitcoin no es ampliamente aceptado por la inmensa mayoría de los comerciantes. También le recordarán que el único país que lo aceptó como moneda de curso legal, El Salvador, tiene un dudoso historial de corrupción.
Esta falta de aceptación, combinada con el hecho de que no es muy sencillo de utilizar a la hora de pagar bienes y servicios, no presagia nada bueno para la utilidad del bitcoin como moneda, por lo que es poco probable que sustituya al dólar a corto plazo.
La principal conclusión que se puede extraer de lo acontecido el 9 de marzo es que aún se cierne una nube muy oscura sobre las criptomonedas como el bitcoin. Aunque el gobierno estadounidense no ignora el potencial transformador que ofrece la cadena de bloques, aún no está preparado para adoptar las criptomonedas.
Mientras que en China se han prohibido totalmente las criptomonedas, países como EE.UU., Japón, el Reino Unido y Suiza han puesto en marcha barreras reguladoras estrictas en torno a las transacciones con criptomonedas. Si los gobiernos tomaran medidas drásticas contra el bitcoin, la moneda digital perdería terreno en su lucha por desplazar al dólar estadounidense.
Entonces, ¿cuál es la respuesta?
Ambos argumentos tienen validez, por lo que la respuesta depende realmente de sus percepciones y creencias personales sobre el bitcoin y su potencial futuro. Se trata claramente de un disruptor, pero ¿tiene la fuerza suficiente para reemplazar a la principal moneda de reserva del mundo, que se ha mantenido durante casi ochenta años?
Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: harán falta muchos muchos años para que la mayoría de los países y poblaciones del mundo consideren el bitcoin como moneda de cambio si se mantiene fiel a su origen no regulado y descentralizado.