Ser famoso conlleva muchos lujos que el público en general no puede permitirse. Autos veloces, mansiones en expansión, saldos bancarios que nunca están en números rojos: la lista es interminable. Pero, como aseguran muchas celebridades, la fama es un arma de doble filo.
Las estrellas de Disney, los cantantes de pop, los actores y las actrices no tienen la libertad que damos por sentada, pero tienen el dinero para contratar ayuda para hacerles la vida más fácil. En Hollywood, un buen guardaespaldas es como una aguja en un pajar, razón por la cual estas estrellas pagan por mantenerlos. Afortunadamente, pueden permitírselo.
Después de todo, quién puede desembolsar cientos de miles al año en seguridad personal, debe tener más que un par de dólares en su cuenta bancaria. Estrellas como Thalía y Luis Miguel son solo algunos de los latinos que también requieren de escoltas privados.