En el 2009 la economía mexicana sufrió una de las recesiones más severas de los últimos tiempos y como consecuencia el PIB de México cayó -5.96%. El Sistema de Indicadores Cíclicos publicado por el INEGI, muestra que después de iniciar nuestra recuperación económica en julio de 2009, pasamos a una fase de expansión a partir de febrero de 2011 y hasta el mes de abril del presente año, nuestra economía acumula quince meses en su fase de expansión. Nuestro condiciones macroeconómicas son estables y nuestro crecimiento económico ha sido moderado-bajo durante los últimos años. Sin embargo, nuestra favorable estabilidad parece que no la comparte el resto del mundo. En medio problemas de deuda soberana y con un latente riesgo de que pueda disolverse el euro, se estima que la economía de la euro zona se estancará durante el presente año y su PIB registrará una caída de -0.3%.
Por otra parte, el PIB de EUA se desaceleró durante el primer trimestre del año y se espera que apenas cumpla con un crecimiento anémico de 2% para el 2012. Su desempeño dependerá fundamentalmente de la evolución del mercado laboral, del gasto de los consumidores y del impacto que tengan las medidas en materia de política fiscal y monetaria del gobierno. El panorama internacional parece estar lleno de volatilidad e incertidumbre. No se sabe claramente si los compromisos hechos por los países europeos tendrán algún efecto palpable en el corto plazo y todo parece indicar que los recortes y ajustes fiscales impactarán negativamente su desempeño económico.
Entonces, ¿hacia dónde va nuestra economía?
Nuestra estabilidad y disciplina fiscal han contribuido ampliamente a que no tengamos problemas similares a los que viven otras economías; no obstante, nuestra economía podría recibir fuertes embates por parte del sector externo. Un posible colapso de la euro zona sería catastrófico para la economía mundial, tendría efectos sumamente negativos en la economía americana, y eso sería maléfico para la economía mexicana. Aunque es un escenario complicado, no es imposible. Además, el Indicador Adelantado ya está posicionado en una fase de desaceleración al presentar una disminución de -0.05 puntos con respecto al mes de marzo y otros indicadores adelantados como el de empleo en manufacturas indican que podríamos caer en una posible desaceleración en los últimos trimestres del año.
Prácticamente nuestra economía es como un vagón adicional de un gigante tren. Si el tren va para arriba nosotros acompañamos el viaje y si va para abajo, nosotros también nos vamos en picada.
La situación económica que ahora acecha al mundo no sólo se ve afectada por la complejidad del problema mismo, sino también por la falta de acuerdos políticos. El estancamiento económico puede inducir a políticos a no tomar decisiones difíciles y así desencadenar turbulencias financieras y económicas de mayor magnitud. Para los países emergentes o en vías de desarrollo como México, la situación es muy diferente. Por un lado, necesitan protegerse contra la volatilidad de precios y de flujos financieros externos, en algunos casos a través de políticas macroeconómicas más restrictivas, y al mismo tiempo necesitan aumentar la inversión orientada al crecimiento y la reestructuración de sus economías con énfasis en una efectiva reducción de la pobreza y en producción sustentable.
Nuestro país logrará crecer este 2012 en un rango de 3.0% a 4%, tendremos un inflación moderada y seguiremos dependiendo en gran medida de lo que pase en el exterior. México tiene la gran tarea de seguir consolidando su estabilidad macroeconómica para así emprender los grandes cambios económicos y políticos que el país necesita para abandonar el crecimiento anémico e iniciar el crecimiento vigoroso y sostenido.