¿Compraría la acción de una compañía que otrora fuera la acción más representativa de los mercados emergentes y específicamente de Brasil en un momento en el que ni uno ni otro atraen por sí mismos y se encuentran a la cola de las preferencias de los inversores globales?
¿Compraría la acción de una compañía en un mercado que recorta inversiones a nivel mundial por los bajos precios del petróleo, el commodity que más se ha debilitado en el último año? ¿Compraría la acción de una compañía que ha quebrado todos los soportes técnicos de los últimos años y que se encuentra en una peligrosa espiral negativa?
¿Compraría la acción de una compañía cuyo precio de referencia se encuentra muy presionado por un superdólar que no hace más que seguir presionando hacia abajo los commodities a mediano plazo?
¿Compraría la acción de una compañía que específicamente se achica?
Petrobras (SA:PETR4) está acelerando su plan de desinversiones para desprenderse de varios de sus activos. El objetivo es vender ahora 14.000 millones de dólares. en activos en 2015-2016, duplicándose respecto a los anteriores objetivos fijados.
¿Compraría la acción de una compañía envuelta en un escándalo de corrupción que ni siquiera se sabe cuándo va a presentar un balance consolidado del año 2014?
Todos los argumentos sirven tanto para sus defensores como para sus detractores, para justificar la compra por un lado, y la venta por el otro. La compra, porque todos esos factores ya estarían descontados en su precio, y la venta, porque son precisamente esos factores los que envuelven al papel en una espiral negativa que hace difícil de avizorar un piso.
El piso no está claro porque ni la información es la adecuada ni el entorno de Brasil, del Petróleo, del dólar y de los Commodities, de las importaciones de China, de la pérdida que debería registrar por los hechos de corrupción la favorece.
Los volúmenes nominales operados en torno a la acción se han incrementado, a la baja, lo que refuerza la tendencia. Tampoco se puede encontrar un argumento sólido para su compra porque la empresa se tradea especulativamente y ya no en base a sus fundamentales.
La brújula se ha perdido y los que shortean la compañía son cada vez más. Pero si hablamos de un commodtiy que en algún momento debería valer más pos su escasez o si se decide volver a valuar a la empresa en base a sus fundamentos, ya un ratio de precio-a-ganancias pasadas de 5,7x y de 5.4x estimado para los próximos 12 meses por el consenso de mercado ya luce atractivo.
Pero una deuda financiera total de 98.400 millones de dólare equivalentes con intereses incluidos (fuente Bloomberg) es una pesada carga, ya que la caída de sus bonos casi duplicó el costo de fondeo en todos los tramos de la curva de rendimientos, en especial los bonos más largos: parten hoy de una TIR de 5,9% para los bonos más cortos al 2016 hasta 7,9% para los más largos al 2044.
El directorio aprobó hasta 19.000 millones de dólares de emisiones de deuda para el año 2015. Pero la tasa a la cual se refinancia es mucho mayor que antes, en un mundo menos dispuesto a tolerar riesgos en mercados emergentes.
La deuda total de la compañía 135.000 millones de dólares. La Corte Suprema ha difundido una lista con las 47 personas en el gobierno, entre ellos el Senado y los líderes del Congreso y gobernadores actuales y ex que han tenido recientemente investigaciones abiertas contra ellos.
La investigación en curso pone presión y descontamos nuevos downgrades en los próximos trimestres, siguiendo los pasos de Moody que ya le quitó su mote de grado de inversión en moneda extranjera este año (de Baa3 a Ba2).
La salida fácil sería un nuevo incremento del capital, licuando aún más a los accionistas actuales, aumentando la relación capital accionario/activos, o su solvencia. Pero también serán necesarias nuevas medidas de reducción de gastos y de incremento en el precio de las naftas y el diesel que subsidia, así como otros métodos de inyección de capital.
Una empresa que quema 3.000 millones de dólares al mes tiene de donde reducir, pero es un elefante difícil a atacar. Demasiados desafíos como para permitirnos recomendar comprar su acción, aunque lo único que se escucha estos días en esa plaza es que “hay que comprar cuando la sangre llega a la calle”.